En el fútbol español no abundan los futbolistas que hacen públicas sus convicciones y sus ideas políticas. Todos prefieren pasar discretamente sobre el tema y no mojarse. Unos por desconocimiento absoluto, otros aconsejados de evitar internarse en esos jardines, otros porque prefieren reservarselo para sí mismos. Pero sí hubo algunos símbolos en España que decidieron mostrar sus pensamientos. Para algunos eran ejemplos, para otros cuasicriminales. Fueron los casos de Oleguer Presas y de Salva Ballesta. Dos ideas enfrentadas sin arreglo posible.
SALVA BALLESTA

Pero si Salva se hizo un nombre además de por méritos deportivos, fue por sus manifestaciones y convicciones. Autodeclarado patriota, firme en sus convicciones y pese a declararse apolítico siempre ofreció jugosas perlas cuando era cuestionado. Desde pedir a los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas "que deberían dar un taconazo por la situación actual", decir tras el 11M "Dadles 72 horas a quién tenéis que dárselas y verás como esto se acaba rápido" y una constante crítica hacia los independentimos, el Estatut Catalán y cualquier movimiento contrario a la idea de una España unida. Por contra, siempre hizo hincapié en que no se hiciesen dobles lecturas. Que su apego hacia tu país no incluía ninguna vinculación política, y que no se malinterpretase con temas racistas porque él no lo era y compartía vestuario con gente muy variada sin ningún problema. De Oleguer, tras proclamar su pensamiento independentista catalán, dijo la celebre frase "Le tengo más respeto a una caca de perro". Por supuesto, sobretodo en campos como el Reyno de Navarra, San Mames o el Camp Nou abundaron los insultos en su contra. En Anoeta llegó a verse un "Salva muerete", aunque el jugador siempre aseguró no sentirse intimidado.
OLEGUER PRESAS
Oleguer es otro caso de futbolista atípico. No es que no haya habido casos de futbolistas que se mostraran partidarios de la independencia de Cataluña o el País Vasco, y que surgieran debates sobre que varios de ellos simpatizaban con estas ideas pese a luego integrarse en la Selección Española. Iribar participó en la fundación de Herri Batasuna y Kortabarría renunció a jugar con España tras morir Franco. Ambos fueron los protagonistas de sacar una ikurriña, prohibida en 1976, antes de un Real Sociedad-Athletic. Sí que hay manifiestos por crear una Selección propia independiente de la española y que juegue con carácter oficial, pero pocos casos abundan de jugadores que se proclaman independentistas abiertamente. Oleguer sí dio ese paso.

Sus manifestaciones, ya mal acogidas por buena parte de la prensa, y celebradas en los núcleos independentistas catalanes fueron in crescendo con otros actos. Publicó su primer libro "Camino a Itaca", se hizo público que estaba implicado en un juicio por una agresión a un policía en 2003, a escribir un artículo criticando a la Justicia española por el caso del etarra De Juana Chaos... Su nombre ya estaba introducido en el ojo del huracán. Kelme decidió retirarle el patrocinio que tenía, la prensa nacional cargó abundantes tintas contra él, mientras sus simpatizantes clamaban por el respeto a la libertad de expresión. Se ninguneó hasta su labor futbolística y se decía que el Barça lo tenía en plantel por sus ideas y no por su capacidad.
Finalmente, en 2008, aceptó una oferta del Ajax de Amsterdam y abandonó Barcelona. En la capital holandesa jugaría tres temporadas sin mucho éxito, apenas una treintena de partidos, multitud de lesiones de las que no terminaba de recuperarse que no le valieron para ganarse la renovación el pasado verano y le llevan a estar con 31 años sin equipo y quizá meditando una retirada definitiva. Su alejamiento de la Liga española le permitió pasar un poco más desapercibido, ya que el ambiente hostil que recibía era abundante en muchos estadios. En Holanda, también saltó alguna vez a la noticia política, como cuando participó en una manifestación a favor del movimiento okupa.
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