La verdad es que hay que reconocérselo. El Atlético debe tener uno de los mejores departamentos de marketing de España. La mayoría de sus vídeos promocionales han resultado un exitazo. Ha tocado diferentes palos que se han convertido ya en auténticos iconos. Quizá todo comenzó con el descenso en el año 2000. Lejos de resultar un trauma, el club tuvo una exitosa campaña de abonados bajo el lema "Un añito en el Infierno".
No fue un añito. El Atleti no subió a la primera. Así que el verano siguiente hubo que reinventarse y crear uno de sus mayores eslogans que ya se ha quedado asentado. "¿Papá porque somos del Atleti?" Y ojo, no se comenta mucho, pero el anuncio acaba con un "No es fácil de explicar. Pero es algo muy muy grande".
En 2002, Luis Aragonés mediante, el Atleti sí salía del Infierno y regresaba a Primera División. "Ya estamos aquí" Un balón que saltaba en pleno cruce de Gran Vía con la Calle Alcalá, y emergía el Mono Burgos. Su portero, uno de los jugadores más carismáticos que ha pasado por nuestro fútbol.
El año siguiente. El que comentábamos hoy mismo a propósito de un suceso parecido en Colombia. Dos combatientes de la Guerra Civil que se ponen a dialogar pese a ser bandos enfrentados, maldicen la guerra y descubren que comparten pasión. "Esa extraña conexión" es el Atlético de Madrid. Tras un rato charlando, el miliciano le libera y se despiden con un "Aúpa Atleti".
En 2004, el Atleti recurría a una de las cosas más descuidadas de nuestro fútbol. El socio número 1. Pocas veces se les conceden homenajes y reconocimientos merecidos. El Atlético recurrió a él. A un señor que había dejado tabaco, anis, el vino de las comidas, la sal, el cafe, las apuestas y las cartas... pero el puñetero Atleti al señor "le mataba... y le daba la vida".
En 2005. La imagen correspondió a un inmigrante escribiendo a su tierra. Narrando sus vivencias en Madrid a sus familiares. Y acabando en que los domingos va al fútbol, a ver "al mejor equipo de acá".
En 2006, una niña esperaba que un balón que había caído al mar regresase y el eslogan era "Fe". En 2007, un chico visitaba la tumba de su padre y recordaba valores como el esfuerzo, la perseverancia, el no haber optado por el camino sencillo... y que eso es lo que hacía grandes. Esto cada vez resulta más difícil. Que carece de fuerzas para inculcarle esos valores a su hijo y anuncia que lo deja. Coloca una bufanda del Atleti sobre la lapida... y en ese momento, el árbol que está situado junto a el le sacude un ramazo de reproche. El señor recoge la bufanda arrepentido. "Eternamente grande" finaliza el spot.
En 2008 una reflexión sobre el sufrimiento. Esa etiqueta que acompaña a los seguidores del Atlético. Un militar español en Kosovo conversa con un pastor de la zona que ha perdido a toda su familia. Cuando el militar narra el sufrimiento que le provoca el Atleti se hace un "silencio interminable..."
Para mí, la última gran obra. Y más, que tiene que surtir efecto ante la oposición que existía en el club de trasladarse de Estadio es este último. Un barman de enfrente del Calderón acude al barrio de La Peineta a aleccionar a otro para ir preparando el desembarco. Cambiando nombre, aspecto, decoración...
Dedicado a Miki y a Manolo. Dos Atléticos de verdad.