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Hinchada de St. Pauli |
Cuando hace un tiempo nos preguntábamos sobre
los futbolistas homosexuales que militan en las principales ligas europeas, o más bien la falta de ellos, quizás hubiéramos tenido que mencionar al St Pauli, ese equipo de la 2.Bundesliga que, pese a militar en esa categoría, cuenta con más de once millones de fans y es conocido en el mundo entero por su especial idiosincrasia.
En el fútbol, tal y como sucede en otros deportes, se habla mucho de la vida personal de los jugadores, pero es como si la homosexualidad no existiese más allá de los rumores. Aunque siempre hay excepciones. En Estados Unidos, por ejemplo,
se ha sabido que varios jugadores de la NFL son gays (seis para ser exactos, según la Wikipedia) pero sólo lo han reconocido una vez que se han retirado. En el mundo del poker, donde no hay que cumplir ningún requisito especial para jugar y el perfil de los profesionales es cada vez más variopinto,
Jason Somerville, un joven prodigio de los naipes y los videojuegos, publicó en su blog personal en 2012 un comunicado en el que hablaba de su homosexualidad y se extrañaba de que no hubiera nadie más en una comunidad tan grande y ecléctica.
Al año siguiente el jugador de la NBA Jason Collins se pronunciaba en el mismo sentido que Somerville y se convertía en el primer atleta gay en activo en una de las Grandes Ligas norteamericanas. En fútbol, o mejor dicho ‘soccer’, ese mismo año 2013 se conocía públicamente la homosexualidad de Robbie Rogers de Los Angeles Galaxy.
Pero, claro, estamos hablando de Estados Unidos; en Europa la excepción que confirma la regla claramente es el St Pauli, un equipo antifascista, antirracista y, como se dice hoy en día: ‘gay friendly’.
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Detalle de la camiseta visitante del St. Pauli |
Al St Pauli lo de ganar partidos de fútbol no se le da excesivamente bien pero en lo que son unos genios, tanto a nivel de club como de afición, es en dejar bien claras sus ideas. En el estadio se han podido ver muchos colores –en contraste con el negro de la bandera habitual de los “Piratas de la liga”-, algunos de ellos en la pancarta (en la foto de arriba) que reproducía el famoso beso de Gary Neville a Paul Scholes cuando este último marcó el gol de la victoria en los minutos finales de un derbi entre el Manchester United y el City en 2010.
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Beso entre Neville y Scholes en el derbi de Manchester |
El actual presidente del St Pauli es Oke Göttlich, productor de música
independiente y licenciado en Ciencias del Deporte (un perfil bastante difícil
de encontrar en el fútbol español), pero anteriormente fue Corny Littman,
director de teatro y abiertamente gay.
En 2013, temporada que el club jugó en la máxima categoría de la Bundesliga,
se colocó en la fachada del estadio la bandera que representa al colectivo
LGBT. Esta temporada, después de resistirse a descender a Tercera y seguir en
la Segunda División, el St Pauli se ha unido a otros equipos como el
Rayo Vallecano o el Deportivo Guadalajara de México, y luce esos mismos colores en las mangas y
cuello de su uniforme de visitante.
Es cierto que el equipo que recibe a sus rivales con música de AC/DC ha
sabido rentabilizar como nadie su ideología y su manera de hacer, pero también
lo es que
su historia está plagada de luchas, entre ellas la que rechaza cualquier forma
de homofobia.