viernes, 3 de abril de 2020

Zico o Austria

¿Se imaginan que un equipo de fútbol realiza un fichaje de una estrella internacional, la Federación se opone y eso acaba lanzando a la calle a toda una región con proclamas independentistas? Pues así sucedió en la región de Friuli, en el Norte de Italia. Era el verano de 1983. 

En ese momento, el Udinese, el equipo más popular de la región, asentado en la Serie A, pero en un claro escalón inferior a los poderosos dominadores Juventus, Milan o Roma. Sin títulos en sus vitrinas. Propiedad de Lamberto Mazza, presidente también de la multinacional de electrodomésticos Zanussi, que también patrocina el equipo. Pero no corren buenos tiempos para la compañía, que planea un despido de 4500 empleados de la plantilla.

Sin embargo, pese a la delicada situación económica, Mazza no puede resistirse a preparar el mayor desembolso para un fichaje inesperado. Zico, el 10 de Brasil, apodado el Pelé Blanco, idolo total en Flamengo, internacional absoluto con Brasil con el que ha estado presente en los Mundiales del 78 y del 82 se pone a tiro. Eso sí, el Flamengo pide 6 millones de liras, una autentica salvajada en aquel momento. Pero Mazza, a través de diferentes sociedades, patrocinadores y cierto ingenio consigue el montante y el Udinese se lanza a por Zico ante el asombro de todos... y por supuesto no deja indiferente a nadie.

...entre los aficionados del Udinese se desata el jolgorio. Llega a Friuli uno de los mejores jugadores del momento. Entre el resto de clubes del calcio, sobretodo los grandes, surge la sorpresa y el desconcierto ante una contratación inesperada, tanto por el precio como por la entidad de destino. Y directamente en otros levanta repulsa. El secretario general del CGIL, sindicato mayoritario en Italia se niega a aceptar que 4500 trabajadores pierdan el empleo en Zanussi y a su vez, la compañía financie el fichaje de un jugador de fútbol.

También encuentran otras trabas. La propia Federación Italiana de Fútbol estudia prohibir los fichajes de jugadores extranjeros y amaga con vetar la contratación de Zico al Udinese y la del brasileño Cerezo a la Roma. Además, piden un estricto control para ver la procedencia del dinero que sostiene los fichajes.

La ciudad de Udine, temiendo perder al futbolista decide salir a la calle. La plaza XX Septiembre se llena con manifestaciones, que además despiertan un apagado sentimiento nacionalista en la región, antigua parte del Imperio Austrohungaro. Y las proclamas no dejan lugar a dudas "Zico o Austria" "Nos avergonzamos de ser italianos" o incluso algunas que llaman a marchar sobre Roma.

Finalmente el asunto trasciende el deporte. Los políticos de Friuli secundan a la gente, la Federación insiste en la ilegalidad de los contratos y hasta el Presidente de la República Sandro Pertini, cuando le preguntan dice que a él le gustaría ver a Zico y a Cerezo jugar en el Calcio. Hasta que finalmente, se valida su fichaje y Zico, viste el 10 del Udinese esa temporada y la siguiente.

El equipo, finalmente no superó la sexta plaza. Su fichaje dejó buen fútbol y será recordado con cariño, además de asegurar el lleno en el estadio Friuli cada quince días. Quizá, haber alcanzado un resultado deportivo algo más elevado hubiera redondeado más la parte del sueño y de esa chispa de rebelión inacabada, pero que durante el verano del 83, lanzó a la gente de Friuli a la calle, llegando a reivindicar la insurrección y la amenaza con desvincularse de Italia por no permitirles aceptar su fichaje estrella.