viernes, 26 de agosto de 2011

Las potencias emergentes y el cambio de paradigma

No estamos acostumbrados en Europa a dejar de ser la potencia dominante. Son muchos siglos de eurocentrismo, de dictar y decidir desde capitales europeas, de descubrir nuevos mundos, de repartirse continentes con una regla y un cartabón, que cuando surgen países que discuten esa superioridad lleva décadas de aceptación y adaptación. Pronto al fútbol le sucederá lo mismo. Desde sus inicios, todos los talentos debían emigrar a Europa. Por supuesto, los sudamericanos, pero también, africanos, asiáticos... Se podía competir a nivel de Selecciones, pero donde se repartía el dinero, el prestigio y los títulos verdaderamente importantes era en el Viejo Continente.

Ahora el fútbol europeo se prepara para sufrir este colapso y veremos como se adapta. Con un calcio cada vez en horas más bajas, con una Liga española con menor competitividad que la escocesa y donde más de la mitad de los equipos de primera y segunda se hayan en suspensión de pagos, estamos asistiendo a un nuevo reparto del organigrama. Cierto es que muchos de los poderosos y adinerados jeques han desembarcado, con ganas de figurar con su nueva distracción en forma de equipo. Unos dispuestos a tirar la casa por la ventana e irrumpir en cotos anteriormente vetados (Málaga o Manchester City), otros que acaban resultando peor que el caballo de Atila, como en Santander o en Porstmouth. Pero, por vez primera vemos como emergen nuevos equipos que a base de talonario reclaman figuras y las alejan de la Europa Occidental.

RUSIA
Esta semana, el Antzvi de la región de Daguestan, un equipo que apenas ha estado tres temporadas en la Premier rusa gastaba casi 30 millones en el traspaso de Samuel Eto´o y convertía al jugador camerunés en el futbolista mejor pagado del mundo con 20 millones de euros por temporada, haciéndole un contrato por tres años. Una operación de 90 millones de euros. No ha sido el único fichaje de relumbrón, ha recuperado a uno de los mejores jugadores rusos, Yuri Zhirkov que estaba en el Chelsea, y también ha tirado de chequera para traerse a jóvenes promesas como el marroquí Boussoufa, el hungaro Dzsusdak o el brasileño Jucilei da Silva. Sin duda, el Antzvi dará que hablar. 

Esta irrupción rusa viene gestándose tiempo atrás. Ya vimos al Zenit de San Petersburgo proclamarse campeón de la Copa de la UEFA y de la Supercopa de Europa en 2008. Y no solo eso, también se ha visto su potencial económico con fichajes como los de los portugueses Bruno Alves (22 millones de euros) y Danny (30) o el italiano Criscito (11). También maneja dinero el Rubin Kazan, que recientemente ha fichado a Valdez del Hercules por 4 o a Carlos Eduardo por 20. Y así podíamos seguir con el Spartak (Nico Pareja..), el CSKA (Vagner Love, Carvalho, Mark Gonzalez, Honda, Tosic...), el Lokomotiv (Caicedo), el Terek Grozni y muchos más. En Rusia hay dinero, y la organización del Mundial 2018 ha recuperado una pasión desmedida por el fútbol. Y esto, acaba de empezar... Y tampoco hay que perder de vista a sus vecinos como Ucrania o Uzbekistan, donde el fútbol también está moviendo importantes cantidades de dinero. 


CHINA
Mucho menos desarrollado es el caso de China. La mayor economía del mundo, y la mayor potencia deportiva en los últimos Juegos Olimpicos quiere también decir algo en esto del fútbol. Desde luego, no existe la tradición de Rusia, ni dispone, algo necesario, de grandes figuras nacionales que sirvan de atracción y reclamo, como si fue el caso de Yao Ming en baloncesto, pero algo empieza a moverse... Y es que, el actual campeón de la liga china el Guangzhou, propiedad de una inmobiliaria, también ha visto la importancia del dinero. Cuenta con algunos chinos que dieron el salto a Europa, Zheng Chi que pasó por Inglaterra y Escocia o Sun Xiang, que estuvo en Holanda y Austria, pero su principal icono es el argentino Dario Conca. 

Un centrocampista, formado en River, que nunca pasó de ser internacional sub 20 y que había desarrollado su carrera con cesiones por Chile y Brasil, hasta destacar en el Fluminense, donde llegó a ser proclamado en dos ocasiones como el mejor jugador del torneo brasileño. Olvidado por su Selección y sin despertar interés por ningún equipo europeo, Conca recibió una llamada inesperada. El Guangzhou, campeón de China, le ponía sobre la mesa un contrato de 10 millones de euros, lo que le convertía en el quinto jugador mejor pagado del planeta, apenas por detrás de gente como Cristiano Ronaldo, Messi, Rooney o Yaya Touré. Por supuesto el jugador dio el sí y ahora es el ídolo de una afición que llena su estadio de 60.000 personas. Eso sí, el dinero no equivale a competitividad y en un amistoso de esta pretemporada el Real Madrid aplastó con un contundente 1-7 al equipo chino.

¿Y EEUU PORQUÉ NO?
Y para acabar de cuadrar el circulo y despojar a Europa de su última posición dominante, ¿que sucede en EEUU? ¿Porque la MSL no consigue despegar? Obama accedió al cargo, pidiendo la organización de otro Campeonato del Mundo de fútbol sobre suelo norteamericano y declarándose gran seguidor del balompié. Pero la cosa no carbura, de momento.

Gran parte del problema debe encontrarse en el menor número de seguidores y la competencia que encuentra en otros deportes mucho más asentados. Y la competición con su vecino Canadá, donde el fútbol es aún más minoritario, no consigue ser un reclamo suficiente. Mientras Rusia está apostando por invertir en talento reconocido, EEUU (al igual que ocurre con Catar o Arabia Saudí) se percibe simplemente como una Liga cementerio de elefantes, donde ir a retirarse, correr poco, ganar dinero y vivir de un curriculum anterior que se pueda maquillar con gusto. Así han llegado ex campeones de Europa como Beckham, Marquez o Henry que copan los primeros puestos en cuánto a salarios. También se retienen por proximidad, las estrellas americana (Donovan), canadiense (Julian de Guzman) o mejicana (Nery Castillo) y eso no quita, que de vez en cuando, además, vuelvan a darse un paseo de unos meses por Europa para jugar al fútbol de verdad. De momento, la mecha no prende, pero si lo hiciera sería el detonante de un cambio radical en los paradigmas del fútbol.

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