Ivaylo Petev, se presentaba como entrenador del Levski Sofia. Pero, en mitad de la presentación irrumpe un grupo de aficionados que le abronca, y finalmente le despojan de la camiseta del club. ¿El mótivo? Petev había reconocido hace un tiempo su afición por el CSKA, el gran rival del Levski. Esta confesión, significaba, para los ultras, que Petev no pudiera ocupar el cargo, ni ser digno de lucir esa camiseta. Y, finalmente, han logrado su objetivo. Petev, al día siguiente hacía pública su renuncia a ocupar el banquillo.
Es la última muestras de decisiones que acaban siendo reconsideradas por los clubes. Hace unos meses el Celta obligaba a Abel Resino a renunciar a su segundo entrenador, Salva Ballesta, por las constantes manifestaciones políticas que había hecho en su etapa de jugador. El Mallorca, no tuvo tanta suerte. Pese a los gritos y protestas contra el retorno de Goyo Manzano, el entrenador jienense regresó al Mallorca... y lo mandó a Segunda.
1 comentario:
Comparto la decisión de los Ultras pero igual esas non son las formas. Iba comentar también el caso del Celta que es similar.
Siempre nos quejamos de que los clubes no hacen caso a los aficionados pero cuando estes muestran su soberanía y el club les hace caso le llueve palos al Celta por todos lados (evidentemente culpa de la prensa manipuladora). Por eso apoyo este tipo de decisiones por parte de los aficionados. Un club se debe a ellos.
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