viernes, 26 de abril de 2013

Rafael Sánchez Guerra, el presidente del Real Madrid republicano

Hace un tiempo, en la Biblioteca recomendé un libro que se publicó en 2002, cuando el Real Madrid conmemoraba su Centenario, "El Real Madrid en la historia de España" y que trataba de repasar esos 100 años del club blanco. Su parte más recomendable, eran la fundación, los orígenes y los primeros pasos de la institución. También, las andanzas preBernabeu. Y en ellas ocupaba un gran apartado, Rafael Sánchez Guerra, el presidente del equipo blanco durante la guerra civil.

 
Todo un personaje. Era hijo del político José Sánchez Guerra, miembro del partido Conservador y que ocupó varias carteras ministeriales en la época de Alfonso XIII. Con la imposición de la dictadura de Primo de Rivera, pasó a la oposición y partió al exilio en 1927. Regresó a España en 1929 y formó parte de una conspiración para derrocar al dictador en Valencia, coincidiendo con la final de Copa Real Madrid-Espanyol. Curiosamente, al descubrirse la intentona, la final de Copa estuvo a punto de ser suspendida, ante la aglomeración de gente, y la imposibilidad de diferenciar si se trataban de aficionados a presenciar la final o conspiradores desplazados.

Rafael Sánchez Guerra, su hijo, siguió las inquietudes políticas paternas. Con 26 años ya era Diputado, después se alistó en el Ejercito para combatir la guerra de Marruecos, donde resultó herido y recibió condecoraciones. En 1931, se presentó como concejal al Ayuntamiento de Madrid y resultó elegido. Al proclamarse la República ocupó diversos cargos que compaginó con el de edil del Ayuntamiento... y en 1935 sumó además el de Presidente del Real Madrid, por entonces, Madrid Club de fútbol, desligado de su condición monárquica. Fue elegido entre los socios, mayoritariamente republicanos y con la oposición de Santiago Bernabéu.

Pero en 1936 se produjo el alzamiento. Sánchez Guerra decidió permanecer en Madrid. Pese a que seguía siendo presidente del equipo de fútbol, fue reemplazado por una Junta presidida por el Coronel Vallejo, presidente de la Federación obrera. También seguía siendo concejal del Ayuntamiento, y la Republica le nombró Oficial en la defensa de Madrid. En 1939, Madrid a punto de caer, recibió la última posibilidad de escapar. Aún así, permaneció en la Capital.

 
Cuando fue detenido, se le condenó a pena de muerte por sus vinculaciones republicanas, aunque está fue conmutada por reclusión permanente, ya que no le figuraban delitos de sangre y no había renunciado a su catolicismo. Pasó por diversos penales de España, hasta que en 1946 logró pasar a Francia. Allí, incluso fue nombrado ministro sin cartera en el Gobierno Republicano en el exilio que presidía José Giral. Pero apenas un año después, Sánchez Guerra abandonó su actividad política.

Enviudó, lo que supuso un duro golpe moral. Publicó varios libros e inició una vida más meditada. En 1960 regresó a España. Con la autorización del gobierno franquista, retornó e ingreso como fraile en el Convento de los Dominicos de Villava, Navarra. Y allí permaneció hasta su muerte en 1964. Curiosamente, un año antes, previo a un Osasuna-Real Madrid, Santiago Bernabéu, Miguel Muñoz y una serie de jugadores, acudieron al convento a visitarle y restaurar su figura, recibiendo un homenaje por parte del equipo blanco.

Más información:
Republicano, fraile y... presidente del Madrid (El poder del Balón)

1 comentario:

Rinat Rafaé dijo...

En la Líbero de este mes hay un reportaje sobre este hombre, me da que les inspiras más de un tema, Gontxo...