lunes, 12 de marzo de 2012

Oleguer vs Salva: la convivencia imposible

En el fútbol español no abundan los futbolistas que hacen públicas sus convicciones y sus ideas políticas. Todos prefieren pasar discretamente sobre el tema y no mojarse. Unos por desconocimiento absoluto, otros aconsejados de evitar internarse en esos jardines, otros porque prefieren reservarselo para sí mismos. Pero sí hubo algunos símbolos en España que decidieron mostrar sus pensamientos. Para algunos eran ejemplos, para otros cuasicriminales. Fueron los casos de Oleguer Presas y de Salva Ballesta. Dos ideas enfrentadas sin arreglo posible.

SALVA BALLESTA
Salva Ballesta colgó las botas en 2010. Nació en Zaragoza, hijo de un militar y siempre ha manifestado que de no haber sido futbolista, su destino hubieran sido las Fuerzas Armadas. De hecho inició los cursos de piloto, como su padre. También manifestó que su manera de celebrar los goles realizando el saludo militar era un homenaje hacia él. Tuvo una larga y prolífica carrera en la que militó en diversos conjuntos, destacó en la cantera del Sevilla y logró llegar al primer equipo. Luego pasaría al Racing, con el que se proclamaría pichichi en la 1999-2000. Sorprendentemente, y pese a disponer de diversas ofertas, firmó por el Atlético de Madrid que ese año había descendido. Fue pichichi en Segunda división pero los colchoneros no lograrían el ascenso y Salva firmó por el Valencia. En Mestalla, pese a ganar el doblete Liga-UEFA no terminó de cuajar y pasaría varias temporadas cedido, en el Málaga, en el Bolton inglés o de nuevo, en el Atleti. En el Málaga volvió a disfrutar de su juego y sería su destino en 2005, permaneciendo en la ciudad andaluza, cuatro temporadas más, incluso aceptando reducir su salario a la mitad ante las dificultades del equipo que se acogió a procedimiento concrusal. Su última campaña en activo, con 35 años sería en Segunda División en el Albacete, pero los problemas económicos del cuadro manchego provocaron que se le tuviera que dar la baja. Una carrera deportiva interesante, con unas cifras goleadoras notables (87 goles en 235 partidos en 1ª y 52 en 126 en 2ª), etapas en grandes como Atlético o Valencia. Seguramente, sus momentos de mayor orgullo, cuando alcanzó la internacionalidad absoluta en 4 ocasiones. Convocado por José Antonio Camacho, Salva debutó en Cartagena en un partido amistoso ante Polonia, después sumaría tres participaciones más, la última en marzo de 2004.

Pero si Salva se hizo un nombre además de por méritos deportivos, fue por sus manifestaciones y convicciones. Autodeclarado patriota, firme en sus convicciones y pese a declararse apolítico siempre ofreció jugosas perlas cuando era cuestionado. Desde pedir a los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas "que deberían dar un taconazo por la situación actual", decir tras el 11M "Dadles 72 horas a quién tenéis que dárselas y verás como esto se acaba rápido" y una constante crítica hacia los independentimos, el Estatut Catalán y cualquier movimiento contrario a la idea de una España unida. Por contra, siempre hizo hincapié en que no se hiciesen dobles lecturas. Que su apego hacia tu país no incluía ninguna vinculación política, y que no se malinterpretase con temas racistas porque él no lo era y compartía vestuario con gente muy variada sin ningún problema. De Oleguer, tras proclamar su pensamiento independentista catalán, dijo la celebre frase "Le tengo más respeto a una caca de perro". Por supuesto, sobretodo en campos como el Reyno de Navarra, San Mames o el Camp Nou abundaron los insultos en su contra. En Anoeta llegó a verse un "Salva muerete", aunque el jugador siempre aseguró no sentirse intimidado. 

OLEGUER PRESAS
Oleguer es otro caso de futbolista atípico. No es que no haya habido casos de futbolistas que se mostraran partidarios de la independencia de Cataluña o el País Vasco, y que surgieran debates sobre que varios de ellos simpatizaban con estas ideas pese a luego integrarse en la Selección Española. Iribar participó en la fundación de Herri Batasuna y Kortabarría renunció a jugar con España tras morir Franco. Ambos fueron los protagonistas de sacar una ikurriña, prohibida en 1976, antes de un Real Sociedad-Athletic. Sí que hay manifiestos por crear una Selección propia independiente de la española y que juegue con carácter oficial, pero pocos casos abundan de jugadores que se proclaman independentistas abiertamente. Oleguer sí dio ese paso.

Nacido en Sabadell, Oleguer destacó en el Gramanet hasta dar el salto al filial del Barcelona. En 2002 empezó a entrar en el primer equipo de la mano de Louis Van Gaal, al tiempo que cursaba y obtenía la licenciatura en Ciencias Económicas. Tras alternar entre el equipo B y en el Barça sin excesivo ruido, terminaría consolidándose en la primera plantilla, jugando con asiduidad como defensa central o lateral derecho. Pronto, también empezaron a hacerse celebres sus ideas políticas, manifestó su convencimiento de que Cataluña debería ser un Estado independiente y se mostró como un izquierdista contrario a la globalización económica. Su buen año en el Barça alentó el morboso debate sobre que haría en caso de recibir una llamada de la Selección Española. Hay que recordar que negarse a jugar establece duras sanciones en la Ley del Deporte que podrían provocar la inhabilitación deportiva. El jugador mantuvo el suspense y solo dijo que tomaría la decisión en caso de producirse la cita. Luis Aragonés solo le llamó una vez, y fue para realizar unas jornadas de convivencias, sin partidos de por medio. Oleguer acudió sin declaraciones, Luis dijo que le había dicho que no tenía ningún problema, pero aún así, el defensa catalán no volvió a aparecer en ninguna lista de la Selección Española.

Sus manifestaciones, ya mal acogidas por buena parte de la prensa, y celebradas en los núcleos independentistas catalanes fueron in crescendo con otros actos. Publicó su primer libro "Camino a Itaca", se hizo público que estaba implicado en un juicio por una agresión a un policía en 2003, a escribir un artículo  criticando a la Justicia española por el caso del etarra De Juana Chaos... Su nombre ya estaba introducido en el ojo del huracán. Kelme decidió retirarle el patrocinio que tenía, la prensa nacional cargó abundantes tintas contra él, mientras sus simpatizantes clamaban por el respeto a la libertad de expresión. Se ninguneó hasta su labor futbolística y se decía que el Barça lo tenía en plantel por sus ideas y no por su capacidad. 

Finalmente, en 2008, aceptó una oferta del Ajax de Amsterdam y abandonó Barcelona. En la capital holandesa jugaría tres temporadas sin mucho éxito, apenas una treintena de partidos, multitud de lesiones de las que no terminaba de recuperarse que no le valieron para ganarse la renovación el pasado verano y le llevan a estar con 31 años sin equipo y quizá meditando una retirada definitiva. Su alejamiento de la Liga española le permitió pasar un poco más desapercibido, ya que el ambiente hostil que recibía era abundante en muchos estadios. En Holanda, también saltó alguna vez a la noticia política, como cuando participó en una manifestación a favor del  movimiento okupa. 

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