Hace unas semanas, con el estreno del Capitán Trueno en los cines españoles, el diario MARCA publicaba un reportaje sobre ex deportistas que habían encontrado una manera de proseguir su carrera en la gran pantalla. Practicamente en las mismas fechas, mi amigo y compañero de fatigas mallorquinistas Tolo Leal nos mostraba en un artículo llamado "los juguetes rotos", casos de deportistas españoles que no habían sabido adaptarse a su declive y han acabado con graves problemas económicos o de salud. Se podría sacar otro artículo, con ex deportistas que abandonaron los terrenos de juego, para dar el salto a la política, porque hay innumerables casos. Pero hay otros que encontraron acomodo de una manera aún más meritoria, readaptándose a otros deportes, diferentes al que destacaron. Quizá no con el mismo éxito pero si alcanzaron lugares de relumbrón.
En España un caso destacado sería el del polifacético Fernando Romay. Por supuesto su mundo fue el baloncesto, miembro de esa Selección Española que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1984, integrante del Real Madrid durante 17 temporadas entre 1976 y 1993 en las que obtuvo 7 Ligas y 2 Copas de Europa entre otros muchos títulos. Sus 213 centímetros le hacían fácilmente reconocible e idolatrado en una España en la que se carecían de "torres". Tras dejar el baloncesto, Romay ha tenido bastante participación en el mundo de la televisión, bien como comentarista o incluso como presentador. Pero menos conocido es su desembarco en el mundo del rugby, como integrante de las "Panteras de Madrid", un equipo surgido en la capital para intentar popularizar este deporte y que jugaba en un deshabitado Estadio Olimpico, (por ese entonces, para darle utilidad también se llevó una Supercopa, Atlético-Barcelona, partidos del Atlético de Madrid B, una jornada inaugural Rayo-Numancia de Segunda División...). En su primer año en el equipo, 1996, las Panteras alcanzarían el título de la Liga Nacional de España, segundo consecutivo ya que ya habían sido campeones en 1995. Romay por tanto, conquistaría títulos en dos disciplinas diferentes e incluso participó con las Panteras en competición europea. Su presencia fue testimonial, y practicamente inexistente en los partidos importantes, y aunque, se regalaban entradas y mucha gente se desplazó a La Peineta por curiosidad, la mecha del rugby no terminó de germinar y las Panteras desaparecerían poco después.
Regresando al fútbol, en principio el deporte de este blog, mención especial merece Robert Jarni. Otro rostro conocido en nuestro país ya que fue jugador del Betis, Real Madrid y Las Palmas entre 1995 y 2002, aunque también jugó en la Premier y en el Calcio. La carrera de Jarni en el fútbol es ampliamente destacada. Internacional con la extinta Yugoslavia en el Mundial de 1990, luego se convertiría en el jugador en disputar más partidos con Croacia, superando los 80 y jugando la eurocopa del 96 y los Mundiales de 1998 y 2002. Su carrera en el fútbol fue destacada, considerado uno de los grandes laterales ofensivos de finales de los noventa. Sin embargo, tras colgar las botas en 2002 en el Panathinaikos griego y disputar ese verano el Mundial de Japón y Corea, Jarni, con 34 años, aceptó una oferta del MNK Split, su ciudad natal, equipo de ¡fútbol sala!. Pese a los paralelismos son escasisimos los casos de jugadores que han destacado en ambas modalidades. Y Jarni no desentonó, jugó desde 2002 a 2007, cuando se le ofreció entrenar al Hadjuk Split, cargo que aceptó, pero tras ser despedido, regresó con el equipo en 2008 con 39 años. El MNK Split llegó incluso a alcanzar unas semifinales de la Copa de la UEFA de fútbol sala en 2006 y Jarni, sería convocado también por la Selección Croata de fútbol sala en un par de ocasiones. El Mundial de 2012 que se disputará en Zagreb le tiene a él como embajador, mientras superados los 40 pretende encauzar su carrera como entrenador.
Mucho más celebre es el caso Jesús Mariano Angoy. Portero suplente del Barcelona, cuya imagen quedaba muy en entredicho ya que irrumpió en el equipo con Cruyff de entrenador, padre de su esposa. Al bueno de Johan, al que también se le miró con recelo la entrada de su hijo Jordi nunca se le despejará la duda de esa etiqueta de enchufismo. Angoy, desde luego, no parecía guardameta para un Barcelona, y siempre estuvo a la sombra de los titulares, aunque si llegó a hacer su debut en primera. Tras el cese de Cruyff en 1996, firmó por el Córdoba de Segunda B y decidió poner fin a su carrera futbolística. Pero, sorprendentemente, irrumpió en otra disciplina con mucho mayor éxito. Firmó por el equipo de fútbol américano Barcelona Dragons, uno de los mejores de Europa, y su potencia y dirección le convirtieron en uno de los mejores pateadores de este deporte en el Viejo Continente. Tanto, que incluso en 1999 recibió una propuesta de los Denver Broncos, el campeón américano de este deporte para firmar por un año. Angoy, tras meditarlo mucho, rechazó la oferta. Permaneció en Barcelona hasta 2003, y luego firmaría por los Bergamo Lions de Italia. Contribuyó a que los Dragons ganasen el campeonato europeo de 1997 y fuesen subcampeones en el 99 y en 2001 e incluso apareció en varias ocasiones en el equipo de la temporada y se retiró como uno de los máximos anotadores históricos del torneo. Y triunfó en un deporte donde nadie podría culparle de enchufismo.
Y otro caso curioso es el de uno de nuestros pilotos de automovilismo más celebres, Carlos Sainz, que ostenta un brillante palmares, 2 veces campeón del Mundial de rallyes y vencedor del Dakar en su edición de 2010 aunque siempre oscurecido por esa fama de gafe crónico y los celebres "La cagamos Luis" o "Trata de arrancarlo". Pero comenzó sus pinitos deportivos en otra especialidad, el squash, siendo campeón de España de la modalidad con apenas 16 años.
Hay más casos, por supuesto el conocidisimo de Michael Jordan y su aventura en el béisbol o más recientemente en el golf, las participaciones amateur en fútbol de Michael Schumacher o más recientemente de Rafa Nadal. El fichaje del cliclista ganador del Tour, Oscar Pereiro por el Coruxo, de Segunda B. Mención aparte merecería Luis Enrique, actual entrenador de la Roma y ex jugador de Real Madrid, Barcelona o de la Selección Española que sorprendió por su preparación física en el triatlon o en pruebas de alto nivel como el maraton de las arenas de 240 kilómetros o la prueba ciclista quebrantahuesos...
2 comentarios:
Diego, el portero del Atleti suplente de Abel, venía del fútbol sala. Aunque casos en esa dirección seguro q hay muchos, q el dinero está donde está.
Antoñito el ex jugador del Sevilla, Rácing, Murcia o Xerez también venía del futbito.
Con Angoy lo que pasó realmente es que Cruyff lo tenía "enchufado" en el B, donde no molestaba mucho, pero al cumplir la edad máxima para estar en un filial (28 años en aquel momento, no se ahora) tuvo que dar el salto obligatorio al primer equipo, donde estaba de mera comparsa. No tengo ni puta idea que hacía este dato en mi cabeza... pero ahí estaba
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