Son dos de atentados terroristas más graves que ha padecido el mundo. Poca explicación y detalles se requieren. El 11 de Septiembre de 2001, cuatro aviones comerciales fueron secuestrados y se estrellaron contra el World Trade Center de Nueva York, el edificio del Pentágono en Washington y el cuarto se estrelló sobre Pensilvania. Esto supuso casi 3000 muertos y más de 6000 heridos solo hablando de vidas humanas. En Madrid, cuatro mochilas bombas colocadas en trenes de cercanías y que explotaron en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo del Tío Raimundo supusieron 192 muertos y más de 1800 heridos, convirtiéndose en el segundo mayor atentado terrorista en Europa. Esos días que perturban y conmocionan.
En ambos días, había jornada de competición europea en fútbol. Y sorprendentemente la UEFA, en ambos casos decidió no suspenderla y obligar a disputar los encuentros. Los estadios vivieron unos minutos de silencio de esos que nadie osa interrumpir. Que estremecen. Ese minuto sobrecogedor, que él que lo ha experimentado sabrá de lo que habló. Los jugadores lucieron brazaletes negros... Esos gestos que pretenden solidarizarse con los afectados.
Sin embargo, me resulta curioso, que el Mallorca, un equipo con un escaso recorrido en competiciones europeas, tuvo la casualidad de jugar en ambos días fatídicos. El 11 de septiembre de 2001, el equipo bermellón debutaba por vez primera en su historia en la Champions League. Son Moix se preparaba para escuchar la sintonía de la Champions, recibiendo al poderoso Arsenal inglés. Pero el día se vio ennegrecido por los sucesos en EEUU. A la hora en que se disputó el encuentro, todavía se dudaba de la autoría y de las cifras de la barbarie. Ese Mallorca en el que formaban nombres como Etoo, Luque, Nadal, Ibagaza o Leo Franco, se impuso por 1-0 con gol de Engonga al Arsenal que contaba con gente como Henry, Pires, Ljunberg, Campbell o el camerunés y ex mallorquinista Lauren.
El 11 de marzo de 2004, fue en octavos de final de la Copa de la UEFA. El Mallorca se encontraba en Newcastle para jugar contra el equipo local. El equipo dirigido por Luis Aragonés, recibió un contundente 4-1, pese a adelantarse en el marcador que dejó la eliminatoria sentenciada y supuso que dos semanas después se cerrase el paseo europeo de los baleares. En esa ocasión, la UEFA tampoco quiso suspender los partidos. Y algunos nombres, presentes en el 11-S volvían a tener que vestirse de futbolistas y dejar la procesión por dentro. Leo Franco, Etoo, Niño Campano fueron titulares en ambos partidos, en esta ocasión acompañados de gente como Finidi, Nené, Cortés o el "Petete" Correa. Nadal, Olaizola y Marcos Martín, este 11-M se quedaron en el banquillo. En esta ocasión, fue el equipo inglés el que no tuvo piedad de los bermellones. El equipo que dirigía Bobby Robson, y en el que había nombres como los de Shearer, Bellamy, Jenas, el portero Given o el ínclito Woodgate, anotó cuatro tantos en apenas 25 minutos de la segunda parte que descompusieron al Mallorca.