Absjorn Halvorsen fue un joven noruego que mostró grandes dotes futbolísticas. Con 17 años hizo su debut al máximo nivel en el Sarsporg, el equipo de su ciudad. Después se convertiría en el jugador más joven en disputar una final, y en alzarse con el título nacional, puesto que su equipo se impuso por 4-1 al Brann en 1918. Con 19 años ya hacía su debut con la Selección absoluta de Noruega, convertido en su medio centro titular, y con el conjunto nórdico participaría también en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920.
Sorprendentemente, Assi como se le conocía popularmente, partiría a jugar al extranjero, en una época en la que no abundaban esos traslados internacionales. Marcharía a Alemania, a trabajar en la compañía de transporte Sloman. El destino le llevó a Hamburgo, y allí un trabajador del club reparó en sus condiciones y le convenció para incorporarse al equipo de fútbol más importante del momento en el Norte de Alemania. Halvorsen de medio centro y Harder en punta conseguirían mantener esa senda triunfadora. Consiguieron levantar el título alemán en 1923 y 1928. Harder fue el encargado de abrir el marcador en ambas finales ante el Union Oberschonweide y ante el Hertha de Berlín. Por detrás le flanqueaba ese brillante noruego, perfectamente integrado en la Republica de Weimar. Trabajaba, hablaba alemán e incluso contrajo matrimonio con una alemana. Incluso, ese traslado a Alemania le acabó obligando a renunciar a la Selección Noruega, de la que se despidió en su 19ª internacionaldiad, precisamente en un partido en Hamburgo contra Alemania, en el que de nuevo, abriría el marcador, su compañero Harder.
Pero la llegada del Partido Nazi al poder, chocaría con los ideales democráticos de Assi. En 1931, pese a que ejercía incluso como entrenador-jugador, el Hamburgo se adhiere sin duda a Hitler, y los símbolos del III Reich comienzan a adornar el estadio y las oficinas.
Los jugadores en las presentaciones hacen el saludo correspondiente, excepto Halvorsen
, que se niega y ante la incomodez
de esa relación con los nuevos gobernantes, decide regresar a su país natal en 1934. Assi, decide retirarse como futbolista, pero sigue comprometido con el fútbol. Es nombrado secretario general de fútbol, de una pionera Federación de Fútbol noruego, y pasa a ocupar el puesto de Manager y Seleccionador.
Él sería el encargado de dirigir al equipo noruego durante los Juegos Olímpicos de Berlín y conseguirían la medalla de bronce. El mayor hito del fútbol noruego. D
urante el torneo además, la presumiblemente débil Noruega se impuso a la organizadora Alemania. Y en la tribuna, además estaba Adolf Hitler presenciándolo. Nadie esperaba ese resultado, había visitado y animado a los jugadores en el vestuario antes del encuentro, y de repente se encontró con una derrota por 0-2 que nadie pronosticaba. Alemania cayó eliminada, y Hitler, en su única presencia en un partido de fútbol acabó enfadado y molesto por la derrota. Esos Juegos Olímpicos no serían la única hazaña de Assi al frente de Noruega, también consiguió clasificar al combinado nórdico al Campeonato del Mundo de 1938. Una presencia que no se repitió ya hasta 1994.
Hasta que comenzó la II los planes expansionistas de Hitler incluían Noruega que sería ocupada en 1940, y no sería liberada hasta el final de la Guerra en 1945. Halvorsen no había modificado sus pensamientos en este tiempo. Seguía siendo contrario a Hitler y a lo que representaba el partido nazi, así que, pese a que su puesto no parecía tener responsabilidades políticas, intentó emplearlo para ejercer una pequeña resistencia. Promovió el boicot a las competiciones que propugnaban los ocupantes, llamó a deportistas para que no participasen, se negó a colocar la esvástica en los estadios noruegos y acabó colaborando con publicaciones de la resistencia. Hasta que
la Gestapo lo localizó y le detuvo en 1942. Tras un tiempo de reclusión en Noruega, fue trasladado con otros prisioneros a Alemania y encerrado en diversos campos de concentración. Allí pasó hambre, sufrió las penurias derivadas de la misma y de las malas condiciones y fue viendo perecer a diversos compañeros. Pese a que había sido una estrella compitiendo con el Hamburgo, esto no era motivo para rebajar sus penas.
Su situación fue empeorando. Primero en el campo de Natzweiller, luego en el de Vaihingen. Un campo aún más devastador, donde contrajo tifus y neumonía. Parecía que iba a perder la vida en él... pero finalmente el 5 de abril de 1945, el campo fue liberado, pese a que apenas quedaban 16 supervivientes. Entre ello un demacrado Assi Halvorsen con 48 kilos. Otro de esos 16 sería Trygve Bratelli, primer ministro del país entre el 1973 y 1976.
Finalmente Halvorsen resistió. Fue trasladado a Suecia y en Estocolmo pudo comenzar una lenta recuperación, aunque aún aquejado de malnutrición, y las secuelas del tifus y la neumonía. Cuando ya parecía estar en condiciones, regresó a Noruega, donde se reincorporó al trabajo en la Federación de Fútbol. De hecho, al equipo nórdico le tocó enfrentarse a la República Federal Alemana en la fase de clasificación para el mundial de 1954. El partido se disputó en Hamburgo, ciudad donde había dado tantas tardes de gloria y el seleccionador alemán, Sepp Herberger. le tocó ejercer de diplomático, y pedir disculpar por los crímenes que había padecido. Halvorsen las aceptó y estrechó la mano del técnico. Finalmente, a principios de 1955 fue hallado muerto en su habitación en Narvirk. Tenía 56 años y evidentemente, los años de encierro y de enfermedades le habían pasado factura. Al menos, pudo marcharse liberado, tras no ceder ante Hitler y reincorporado a sus funciones, tratando de mejorar el deporte en una Noruega democrática.