El pasado mes de diciembre, dediqué varios artículos a los reglamentos de la FIFA sobre la elegibilidad de jugadores por parte de las Selecciones Nacionales. Es una legislación compleja, que ha ido variando y tratando de adecuarse a los tiempos. Ha tenido que dar respuesta a las nuevas formulas sociales, migratorias, de cambios de nacionalidad... No ha sido una tarea sencilla, es de difícil encaje y cuesta encontrar unanimidad en estos aspectos. A lo largo de ese serial, se trataron casos individualizados, como
España,
Italia,
las relaciones Turquía-Alemania, los de
Selecciones infraestatales que reclaman su lugar y como "conviven" con la que ostenta la representación oficial...
Pero estos nuevos aspectos, han permitido observar otro fenómeno, curioso. El ver, a dos hermanos, optar por defender Selecciones diferentes,
representando a países contrarios e incluso tener que enfrentarse entre ellos.
Kevin-Prince (Ghana) y Jerome (Alemania) BOATENG
Los hermanos Boateng comparten el primer caso en la historia de haberse enfrentado en una fase final de un Campeonato del Mundo. En 2010, en la fase de grupos del Mundial de Sudáfrica, ambos como titulares, Kevin-Prince defendía los colores de Ghana, mientras que su hermano menor, Jerome, hacia lo propio con los de Alemania. Además, tras haberse hecho público
que se encontraban peleados y distanciados.
Ambos nacieron en Alemania del mismo padre, aunque con diferente progenitora. Su padre era un emigrante ghanés, que huyó del país tras un Golpe de Estado y trató de buscar fortuna en Berlín. Allí nacieron sus hijos, aunque pronto los abandonó junto a sus esposas. Los muchachos, comenzaron a crecer en el fútbol con fuerza. Formados en la cantera del Hertha, habituales en las categorías inferiores de la Selección Alemana. Aunque, Kevin-Prince, con un carácter más díscolo y protagonista de varios actos de indisciplina fue expulsado de la sub-21. Así que, atendiendo a la nueva reglamentación de la FIFA decidió cambiar y vestir los colores de Ghana. Dejó también el país y se comprometió con el Porstmouth inglés. Su hermano, que ya militaba en el Hamburgo y ya había alcanzado la internacionalidad absoluta con Alemania, también probó la Premier con el City. Fue en Inglaterra, cuando, en un Chelsea-Porstmouth, Kevin-Prince lesionó de gravedad a Michael Ballack, y las críticas en Alemania fueron pronunciadas. A ellas se sumó su hermano pequeño, y Kevin-Prince dejó de llevarse con él. Por ello, su "reencuentro" en pleno mundial, levantó abundante expectación, además de ser la primera vez que se veía un choque entre hermanos en una Copa del Mundo. Hoy en día, Kevin-Prince defiende la camiseta del Milán y Jerome la del Bayern Munich.
Julian (Canadá) y Jonathan (Paises Bajos) DE GUZMAN
Otro caso muy reciente, aunque se llevaba barruntando un tiempo es el de los hermanos De Guzman, dos viejos conocidos de la Liga española. Su caso es curioso, hijos de padre filipino y madre jamaicana, pero que
nacieron en Canadá. Pronto despertaron un amplio interés por el fútbol,
y ante las escasas posibilidades de desarrollo en el país norteamericano emigraron a Europa. Julian llamó la atención del Olympique de Marsella y Jonathan del Feyenoord. Y así comenzaron una amplía carrera. El primero, que si aceptó vestir la elástica canadiense, siendo uno de sus pocos jugadores destacados, lleva ya más de 60 internacionalidades absolutas y ha pasado por las Ligas Española y Alemana, tras un regreso muy bien remunerado por la Major Soccer League. M
ientras que Jonathan De Guzman, llegó a competir en Europa con el Feyenoord desde joven, y pronto adquirió la nacionalidad holandesa y se convirtió en un fijo de sus categorías inferiores. Incluso participó en los Juegos Olímpicos de Pekín. Tras dejar Rotterdam ha pasado por Mallorca, Villarreal y ahora milita en el Swansea de la Premier. N
unca cerró la puerta a defender los colores de Canadá, pero su esperanza era alcanzar la internacionalidad absoluta con los Países Bajos. Y en enero de 2013, Louis Van Gaal decidió convocarle y estrenarse, abriendo un nuevo ejemplo de dos hermanos que defienden dos selecciones diferentes.
Thiago (España) y Rafinha (Brasil) ALCANTARA
Quizá añadir a los hermanos Alcantara sea un poco prematuro, ya que Rafinha todavía no ha hecho su debut con la Selección Absoluta brasileña y estas cosas dan muchos tumbos. Pero todo apunta, a que pronto habrá que añadirlos al listado. Thiago y Rafinha, ambos canteranos del Barça, son los hijos del ex futbolista brasileño de Celta y Valencia, entre otros, y campeón del Mundo en EEUU 94, Mazinho. Thiago, el mayor, nació en Italia, cuando su padre defendía la camiseta del Lecce. Tras una franca progresión, ya se ha consolidado en la primera plantilla del equipo culé, aunque el número de centrocampistas de nivel le mantiene en un segundo plano. Desde joven, se decantó por la Selección Española, y la defendió en categorías inferiores, hasta que en agosto 2011, Del Bosque le hizo debutar a nivel absoluto. Curiosamente contra su país natal, Italia. Rafael Alcantara, Rafinha, de 20 años, es una joya que está emergiendo todavía. Debutó con el primer equipo del Barcelona en Copa del Rey, aunque aún no lo ha hecho en liga. Tampoco ha entrado todavía en los planes de la Selección Absoluta brasileña. Pero sí ha llegado a hacerlo con la sub´20 y es que Rafinha ya ha manifestado en varias ocasiones que su intención es defender los colores de la canarinha.
Christian (Italia) y Max (Australia) VIERI
La verdad es que desconocía totalmente la historia de los Vieri, hasta que me lo comentó
Antonio Moschella (@ntomc).
Todos recordamos a Christian. En España sorprendió su espectacular año en el Atlético, con el que acabó pichichi de la liga. Una carrera errante, probando variados destinos, hasta que encontró algo de estabilidad en el Inter. El caso es que se dedicó a hacer goles allá donde estuvo. Con la Selección Italiana participó además en dos mundiales. Resulta, que
la vena futbolística ya surgió en Vieri de niño. Su padre fue un famoso delantero de los años 60 y 70, que vistió las camisetas de Prato, Sampdoria, Fiorentina, Juventus, Roma y Bolonia con bastante éxito. Pero también se sumó a las aventuras lejos de Italia, tanto en Toronto como en Australia con el Marconi Stallions, donde jugó cinco campañas.
Allí le acompañó su mujer y su hijo, y allí nacería Massimiliano, el hermano pequeño de Christian y que también hizo sus pinitos, aunque menos exitosos, en el fútbol. Mientras su hermano con 24 años ya goleaba en la Serie A y se hacía un hueco en la Juventus y en la Selección, Max tuvo que ir buscando destinos donde mostrar sus condiciones. Prato, Ancona, Hellas Verona, el Napoli en la Serie B fueron algunos de ellos. Un jugador al que la primera categoría le venía grande.
Sin embargo, quien sí contó con él fue la Selección Australiana. Y Max dio el sí en 2004. Fueron apenas seis apariciones en dos años con su país de nacimiento. Tiempo suficiente para ganar la Copa de Oceanía en 2004 con el combinado australiano, compartiendo vestuario con rostros como los de Aloisi o Cahill. Aunque luego se perdió la cita de la Copa Confederaciones de 2005, y al llegar
Guus Hiddink como Seleccionador, no volvió a ser convocado. Pero un bonito triángulo de padre e hijos futbolistas, y que acabaron defendiendo la camiseta de países diferentes.
Hermanos enfrentados en Selecciones diferentes (II)