La figura de Antonio Asensio trasciende más allá de la propietario de equipos de fútbol. Se convirtió en uno de esos empresarios que agrandó su fortuna con la llegada de la democracia y supo expandir un importante Imperio Mediático como era el Grupo Zeta. Su afición y conocimientos del mundo del deporte, le animó a dar el salto al fútbol. Quizá como plataforma de negocio, ya que tomó parte activa en la primera Guerra del Fútbol, y es que, como ha sucedido recientemente, Prisa-Sogecable competía con Antena 3 por los derechos televisión del fútbol.
Antonio Asensio, no era rico desde la cuna, nacido en Barcelona, su padre poseía una pequeña imprenta fotográfica, y él pronto mostró una inquietud hacia el negocio de los medios de comunicación. Colaboraba desde que cumplió los 18 años en el Correo Catalán, y en 1976, decidió fundar su propia compañía, el Grupo Zeta. Con una inversión inicial de 500.000 pesetas, pronto comenzó a editar publicaciones. La primera y más representativa el semanario Interviú. Dedicado al periodismo de investigación y con portadas de desnudos femeninos. Dos conceptos prohibidos a lo largo de toda la dictadura franquista, por lo que su éxito resultó arrollador. Entre medias, la revista satírica el Jueves, El Periódico de Catalunya, la revista Tiempo, diversos periódicos regionales, la Editorial Bruguera... Un crecimiento rápido y solvente que acaba convirtiéndole en un empresario adinerado.
En los 90, con la liberalización de la televisión, opta a una licencia coaligado con Rupert Murdoch, pero no lo consigue, por lo que decide adquirir un alto porcentaje de Antena 3 televisión. Y ya a mitad, de década, con el gobierno del PP en el que se abre una cruenta batalla por los derechos televisivos de la Liga de Fútbol, decide desembarcar directamente en la gestión de varios clubes. El primero, el Mallorca, en donde sitúa al frente a Bartolomé Beltrán, medico mallorquín que colaboraba con diversos medios de Zeta. Después, otras empresas de su propiedad, compran Málaga, Hércules, etc... Aunque su nombre no puede aparecer ya que, en España, no se puede poseer más del 1% de dos conjuntos profesionales. Asensio, pese a que es el propietario del Mallorca, no abundarán sus presencias en el palco y deja hacer con gusto a otros gestores.
Pese a que en 1997 vende su porcentaje de Antena 3 a Telefónica, que prepara el lanzamiento de su plataforma Via Digital, Asensio no abandona el fútbol. El Mallorca con él experimenta su mejor época. De cogerlo en Segunda División, estancado, consigue devolverlo a Primera, trae fichajes ilusionantes, y el equipo alcanza una final de Copa del Rey, otra de la Recopa de Europa en su primera participación continental, levanta su primer título con la Supercopa y finaliza en 3ª posición su mejor clasificación histórica. Pese a que no abundan los dispendios, a Roa, cuando anuncia su decisión de retirarse por motivos religiosos, llega a involucrarse directamente con tal de convencerle de que no dé ese paso. Es por ello, que el club, en señal de homenaje decide poner su nombre a la Ciudad Deportiva, que se construye bajo su etapa en la propiedad.
Desgraciadamente, en 2001 fallece por un tumor cerebral que se desarrolla rápidamente, y le lleva a que los últimos meses los pase en la coma. Como suele ocurrir en estos casos, la falta de la figura principal perjudica gravemente a la empresa. Zeta, de ser una empresa solvente, con gran variedad de publicaciones rentables, empieza a dar perdidas. En 2003, tras ganar la Copa del Rey opta por abandonar el fútbol, sale de la directiva del Mallorca. También hará lo mismo con los otros equipos en lo que participaba. Imposible mantener lo generado por Antonio Asensio.