Supongo que todos los que entran en la treintena le recuerdan. Fernando Gómez Colomer. Buen centrocampista y capitán permanente del Valencia CF, el equipo de su tierra donde se formó, y militó practicamente toda su carrera para convertirse en el jugador con más partidos disputados. Nunca consiguió levantar un título. Fue internacional en 10 ocasiones y también fue uno de los hombres que tuvieron que militar en segunda en el último descenso del Valencia en 1986. Al final de su carrera tuvo una breve etapa en la liga inglesa y otra en el Castellón, lo que le hizo perder esa condición tan valorada ahora de oneclubman, que tanto cuesta encontrar. Aún así, Fernando pronto demostró que seguiría ligado al deporte. Fue director deportivo en el Castellón, también ocuparía ese cargo en el Alicante CF y el Partido Popular con el gobierno de Camps le ofreció ser Director General de Deportes de la Comunidad Valenciana. Luego, dejó el cargo para incorporarse a la dirección deportiva del Valencia CF, incluso llegó a ocupar la vicepresidencia hasta que Manuel Llorente dejó de contar con él en 2010.
Así que Fernando hubo de buscarse otras ocupaciones. Y una de ellas fue la de entrar en política como número tres por el Partido Popular en el Ayuntamiento de Chiva, una localidad próxima a la capital valenciana de unos 15000 habitantes. Fernando obtuvo su acta de concejal, se responsabilizaría del área de juventud deportes del consistorio y tendría una dedicación completa a cambio de 1900 euros mensuales. El PP, con el ex capitán ché consiguió una amplía mayoría absoluta. Un año después, pese a haberse comprometido a dedicación plena en sus funciones públicas, Fernando era nombrado asesor de deportes del Gobierno de Georgia, con abundantes viajes al país. Su labor consistía en formar futbolistas y entrenadores. También intentó sin éxito presentar un plan para obtener la presidencia del Valencia en este periodo.
En las recientes elecciones municipales, quizá cansado por las críticas por compartir esos puestos, o quizá como él manifestó por su deseo de regresar a alguna actividad vinculada al fútbol decidió no repetir como concejal. Chiva, no ha sido diferente a la mayoría de resultados autonómicos y municipales de la provincia de Valencia. El hartazgo del Partido Popular era manifiesto. De 11 concejales sobre 17, y que en pleno solo hubiera presencia de 5 actas para el PSOE y 1 de Compromís. En 2015, el reparto municipal es mucho más complejo. El PP perdió la mitad de votos y se quedó con 6. En el Ayuntamiento aparte de PSOE y Compromís, entraron represantes de EU, Podemos, Ciudadanos y dos partidos locales como Vinchi y Aduc. Cuando parecía que la izquierda tenía un acuerdo para obtener la alcaldía, el cambio de parecer de dos concejales, logró que se forzará un empate que mantenía al PP al frente del Ayuntamiento. Enseguida, la oposión quiso presentar una moción de censura y el alcalde, José Manuel Haro anunció su dimisión, aunque luego reculó y al final, un mes más tarde se formaba nuevo equipo de gobierno integrado por miembros de Compromís EU, Vinchi, Aduc y Podemos. De este lío escapó Fernando. Pero sirva de ejemplo perfecto del nuevo mapa electoral que existe en Valencia, y de paso recordemos su figura.