Hoy mismo surgía una de esas noticias inesperadas que trastocan la tarde mediática y generan debate y discusión animosa. La UEFA concedía a Gibraltar su incorporación como miembro provisional a la espera de tomar en mayo de 2013 una decisión definitiva sobre su membresía. No es la primera vez que esto sucede. Gibraltar en 2006 recibió con jolgorio como el Tribunal de Arbitraje Deportivo fallaba a su favor y concedía este mismo estatus, ya que, los impedimentos por la llamada Clausula ONU (Para ingresar en los organismos FIFA y UEFA se debe estar reconocido por las Naciones Unidas) que entró en vigor en 2001, no podían aplicárselo al haber formulado su petición de ingreso en 1997. Asimismo, de contar con el beneplácito del Estado miembro, se puede formular la petición. La votación que debía ratificar esta decisión se celebró en enero de 2007 en Dusseldorf y contó con el rechazo de todas las federaciones europeas excepto las británicas e Irlanda.
España desde el principio mostró su rechazo radical a que el Penón pudiera competir a nivel oficial. Desde el Tratado de Utrech de 1712, hace 300 años, Gibraltar pasó de ser un territorio español a quedar bajo bandera británica, y el Estado español no ha abandonado sus reivindicaciones sobre el territorio. Han existido épocas de mayor presión y conflicto, sobretodo, cuando durante el franquismo se decretó el bloqueo a la región, a otras como con el Gobierno de Zapatero cuando se avanzó en acuerdos sobre el espacio aéreo y se trató de negociar una co-soberanía con Tony Blair.
El caso, es que fue también bajo el mandato socialista cuando se produjo ese ingreso provisional en la UEFA que apenas duró un mes. Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores, manifestó en diversas ocasiones que el Gobierno español no estaba de acuerdo en que Gibraltar pudiese competir a nivel internacional. El presidente de la RFEF, Ángel María Villar fue más lejos. Se llegó a mostrar partidario de retirar a la Selección Española de campeonatos donde pudiera coincidir con la Gibraltareña y fue el que dirigió el discurso en la votación de Dusseldorf en la que finalmente, sus tesis fueron refrendadas.
Ahora, nuevamente, un pequeño paso para Gibraltar en su ansiada representación internacional. Veremos como reacciona el Gobierno español en esta ocasión y la propia presión mediática, pero es de suponer que no será muy distinta a la de 2007. Veremos si esta vez, el apoyo del resto de países europeos también es unánime.
1 comentario:
Contra toda adversidad nos esforzamos para que nuestras voces sean escuchadas y ser reconocidos como personas, como pueblo y como nación. Dios bendiga a Gibraltar!
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