viernes, 13 de mayo de 2011

Leyendas futbolísticas de Ceaucescu (II): El informador Popescu y las consecuencias de una derrota

HISTORIAS DEL ESTE
EL ESPÍA POPESCU
Tras la fuerte cortina de desconocimiento de lo que sucedía en Rumanía durante tantos años de dictadura, conlleva sorpresa cuando surgen papeles e informaciones que desenmascaran aspectos que se desconocían. Y así fue como en el verano de 2009 unos documentos que se desclasificaron del Ministerio del Interior revelaban la identidad de varias personas que habían actuado como informantes del régimen, vigilando compañeros y personas y denunciándolos si se mostraban disidentes o colaboradores con elementos subversivos. Entre ellos se encontraba el futbolista Gheorge Popescu, que tras una larga trayectoria por varios equipos, militó en España en las filas del Barcelona dos temporadas. 

Al hacerse público, la primera reacción de Popescu fue desmentir que llevará a cabo esa función y que simplemente firmó una nota en la que se comprometía a defender los intereses de la nación a través del deporte, pero finalmente el futbolista rumano reconoció esa función aunque aseguró que siempre la hizo informando con contenidos positivos de compañeros y que se circunscribió a su etapa de jugador en la Universidad de Craiova (de 1984 a 1988). Aunque no se conocen las cifras reales, se estima que el Ministerio del Interior disponía de una red de en torno a 700.000 informantes en todas las áreas para ejercer un poderoso y rígido control sobre la población.

"... DISOLVEREMOS LOS EQUIPOS..."
En 1989, Rumanía tenía una Selección poderosa. El Steaua era una potencia a nivel de clubes, y nombres como los de Hagi, Lacatus, Dumitrescu, Raduiciou o el propio Popescu, pese a militar en la Liga de su país llamaban la atención de Europa. La Selección Nacional era consciente del prestigio que otorgaba el deporte, y el estar presente en el Campeonato del Mundo que se celebraría en Italia era una obligación. Pero la fase de clasificación no resultó sencilla y una sonrojante derrota en Copenhaghe en Dinamarca por 3-0 levantó las iras del dictador y su esposa. En unos papeles que se desclasificaron este mes de enero de 2011 se revelaba la conversación que mantuvieron al conocerse la derrota y en la que se llegaba a plantear la disolución de todos los equipos que habían aportado jugadores al combinado y que no habían sabido organizarse ante los daneses:
Nicolae Ceauşescu: ¿Habéis visto lo que pasó ayer en el partido de fútbol?
Constantin Dăscălescu (Primer Ministro): Pura y simplemente una falta de organización
Elena Ceauşescu: Han jugado mal, pero en cualquier caso, no son asuntos que conciernan a un miembro del gobierno.
N.C: El gobierno también es responsable, ya que responde tanto de la cultura como del deporte. ¡Es la ley! ¿Hace falta ir hasta allí para dejarse marcar 3-0?
E.C: De todas formas ha sido una vergüenza
N.C: Le he dicho a Bobu que si aquí (en el partido de vuelta, en Bucarest) no consiguen los dos puntos (las victorias valían dos puntos entonces) disolveremos los equipos que han aportado jugadores a la selección. Comunicádselo al Ministerio de Interior.
Silviu Curticeanu (Jefe de la Cancillería): El camarada Milea (Vasile Milea, Ministro de Defensa) no esta presente en la reunión, está en Buzău, por las elecciones.
N.C: Él lo entenderá. Repito, disolveremos los equipos que han aportado jugadores a la selección si no ganamos aquí.
E.C: El ejército (El Steaua) no ha aportado ni un solo jugador. Uno era del Universidad de Craiova, y el resto venían del Dinamo.
N.C: No saben ni defenderse, han aprendido a ganar en casa con 5 o 6 goles de diferencia pero fuera no hacen nada. (…) ¡No es posible! Podemos perder pero esto ha sido vergonzoso, ni siquiera han jugado. No es que les hayan ganado, es que no han jugado. ¡No es posible! Esto no es la orden del día pero no hay que pasarlo por alto, hay que tomarlo como una lección. No es un punto de la orden del día, pero hay que tomar medidas para poner fin a esta situación, poner orden, porque esto no podemos continuar así.
La bravata no tuvo que llegar a lugar, ya que Rumanía en el encuentro disputado en su territorio se impuso por 3-1 y logró la clasificación para el Mundial de Italia 90. Donde, curiosamente el que ya no estaba presente era el dictador rumano y su mujer que habían sido ejecutados el día de Navidad de 1989. Los otros participantes en la conversación Dascalescu y Curticeanu fueron encarcelados.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno el artículo respecto a la obsesión de caucescu por controlarlo todo, estos días me he estado empapando de temas rumanos y regresé por su blog (el cual sigo a diario)pero quería también recomendarle la historia de Camataru. Bota de oro en 1987 que anotó 20 goles en las últimas 6 jornadas,supongo que a los defensas les dirían que ojo con esforzarse puesto que camataru jugaba en el equipo de la securitate..tienes bastante información por la web,hoy día es político del partido demócrata y fue presidente del dinamo.
yago.yerga@hotmail.com yago.un saludo

http://elpais.com/diario/1993/11/30/deportes/754614017_850215.html

Gontxo dijo...

La verdad es que desconocía el tema de Camaratu hasta que lo lo leí en Panenka. Es muy merecedor de salir en esta sección y dedicarle un post.

Gracias Yago!

Dani dijo...

Tengo entendido que en el caso de Camataru, le inflaron cosa mala la cantidad de goles para que se llevara la Bota de Oro...