miércoles, 5 de diciembre de 2012

Cambio en el ADN italiano


Algo está cambiando en la Selección Italiana. En el país donde los futbolistas más abiertamente manifiestan sus ideas conservadoras, en la Selección entran con fuerza jugadores que no responden al canon de italiano clásico. En las últimas convocatorias asistimos como aparecen jugadores nacido lejos de la Península Itálica, que difícilmente encontrarían vinculación con Romulo y Remo y que poca pinta tienen de decir que la Divina Comedia es el libro más importante del mundo... si es que hay algún futbolista que se atreva a opinar de libros.

Pese a que el apellido destila aroma italiano innegablemente, y es palpable la abundante presencia originaria que abunda en Argentina, Mauro Camoranesi nació en la provincia de Buenos Aires. Comenzó a dedicarse al fútbol en equipos argentinos, aunque también tuvo experiencias en Uruguay y México, hasta recalar en el año 2000 en Verona con 24 años. De allí saltó a la Juventus, con la que compartió éxitos y penumbras. De brindar grandes tardes, a verse despojada de dos Scudettos y sufrir un descenso a Serie B. Camoranesi se mantuvo en el club, junto a Buffon o Del Piero y lograron el retorno a Serie A inmediantamente. En 2003, ya se había hecho un hueco con la Selección Azurra, con la que se proclamaría Campeón del Mundo en 2006 y donde acudió con asiduidad hasta el Mundial de 2010. Mucho más mermado, ese verano, dejó la Juve para probar la Bundesliga y luego emprendió camino de regreso a la liga argentina. También, de Argentina llegó Pablo Daniel Osvaldo. Tras pasar la edad juvenil en conjuntos de su país, muy pronto recaló en Italia, donde ya ha pasado por varios conjuntos, Atalanta, Lecce, Fiorentina y Bolonia, con una etapa en el Espanyol y su posterior traspaso a la Roma. Desde 2007, obtuvo la nacionalidad italiana, y ya, a edad sub 21, decidió defender los colores, alcanzando la llamada absoluta la pasada campaña, aunque se quedó fuera la Eurocopa.

Quien tampoco pudo acudir a la pasada Eurocopa fue Giuseppe Rossi. Pese a que su convocatoria no levantó suspicacias, ya que sus padres son italianos, el jugador nació en Nueva Jersey, donde sus progenitores emigraron por motivos laborales. El padre, que también había jugado al fútbol, debió transmitirle su pasión por este deporte, y Rossi tuvo claro, que debía desandar esos pasos paternos. Volvió a la cantera del Parma, y allí llamó la atención del mismísimo Manchester United, aunque no logró hacerse un hueco con los reds. Pasó tiempo cecido en el Newcastle y en el Parma, hasta que recaló en el Villarreal, donde estaba mostrando un gran nivel hasta que una serie de lesiones le han frenado en seco. Con Italia debutó en 2009 y anotó su primer gol en la Copa Confederaciones precisamente ante Estados Unidos, aunque, Lippi no contó con él para el Mundial 2010.

El camino inverso es el que protagonizan otros nombres hijos de emigrantes que recalaron en Italia en busca de prosperidad. Los futbolistas, pese a nacer en Italia, son todavía percibidos con extrañeza. Mario Balotelli, de padres ghaneses y cuyo apellido biológico es Barwuah, nació en Palermo (Sicilia) y en edad juvenil fue batiendo todos los records goleadores. Se formó en el modesto Lumezzane, hasta que fue contratado por el Inter de Milán. Su talento indudable, vino acompañado de un carácter polémico, agresivo e incontrolable. Finalmente, se optó por traspasarlo al Manchester City, donde no ha variado nada. Capaz de autenticas genialidades en el campo, junto a situaciones que acaban en expulsiones o marginaciones en el equipo. Con la Selección tomó el liderazgo en la pasada Eurocopa, y es que, renunciar a SuperMario es complicado. En fechas recientes, ha irrumpido otra figura, El Shaarawy, de padre egipcio y nacido en Savona. Debutó en Serie A con 16 años y ahora, con 20, es la bocanada de aire fresco del Milán. Su despegue ha sido tan meteórico que ya ha hecho su debut con la Selección absoluta. Con menor escaparate internacional, el defensa Ogbonna (Torino), hijo de padres nigerianos y que también participó, junto a Balotelli, en la Euro 2012, aunque con mucho menos protagonismo. Ambos jugadores, son de los primeros casos de negros en la Selección italiana, y esto, no sentó bien en algunos sectores: "No hay italianos negros" apareció en varios campos italianos cuando jugaba Balotelli.
EL CONFLICTO AMAURI
Otros casos han sido los de los brasileños. Thiago Motta, italobrasileño, pero nacido en el país carioca, tardó en decidir que Selección representar. Quizá, incluso de una manera más estricta de las normas hubiera debido de renunciar a Italia. Y es que Motta, llegó a participar con Brasil en la Copa de Oro de América del Norte en 2003, junto a Kaka, Maicom, Robinho, Nilmar, Adriano o Baptista entre otros. El caso, es que en este torneo, Brasil presentó una Selección Sub´23 y Motta logró hacer valer las tesis de que no lo considerarán absoluto. En 2011, recibió la autorización y pudo pasar a defender los colores italianos, acudiendo, por ejemplo, a la pasada Eurocopa. Pero quién más problemas y polémica causó fue el caso del delantero Amauri.

Nacido en Brasil, Amauri destacó en un equipo cuasi desconocido, el Santa Catarina, pero una pretemporada en el año 2000, con apenas 19 años, hizo que destacase en Europa. Pero su primer destino fue el Bellinzona, un club suizo. Y de ahí pronto dio el paso al calcio, saltando por gran número de conjuntos (Parma, Napoles, Messina...), hasta que su carrera comenzó a crecer en el Chievo, y su posterior fichaje por el Palermo. Roberto Donadoni comenzó a sondear la posibilidad de que cogiese la nacionalidad italiana y entrase en sus planes y Amauri comenzó a moverse en esa dirección, aunque, tampoco quiso cerrarse la puerta a una llamada de Brasil. Y está se produjo. En 2009, tras una lesión del sevillista Luis Fabiano, Dunga decidió convocar a Amauri, que, por aquel entonces, ya había dado el salto a la Juventus. Pero el club, aseguró no haber recibido la convocatoria y no permitió su marcha, por lo que se quedó sin acudir, precisamente para un amistoso ante Italia. Finalmente, en agosto de 2010, entró en los planes de Cesare Prandelli y se produjo su compromiso definitivo con la azzurra, debutando en un amistoso ante Costa de Marfil. La decisión estuvo cargada de polémica. La criticaron desde el mundo del fútbol nombres como Luca Toni o Marcelo Lippi (que no quiso contar con él en su regreso al cargo) o incluso políticos como Davide Cavalotto de la Liga Norte. Amauri, finalmente hubo de conformarse con esa convocatoria, ya que, después desapareció de los planes de Lippi, y parece complicado un retorno ahora, superada la treintena y con un rendimiento bastante inferior.

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