Voy a empezar por una reflexión personal que me mantiene con el corazón dividido. Detesto muchisimo a los jueces y diplomáticos "estrellas". Esas profesiones no deberían tener nombres propios. La Justicia es una. La Política Exterior es una. No deberíamos saber el nombre de un solo juez (Garzón, Grande-Marlaska, Gómez Bermudez, Alaya, Elpidio Silva...). Lo importante serían las sentencias y sus resoluciones... pero desgraciadamente sabemos muchos que asumen funciones que no les corresponderían y dan saltos a la política y dan directrices... En el fútbol, es inevitable no sabernos los árbitros y recordar todas las jodiendas que nos han hecho a nuestro equipo. Sin embargo, ¿alguien sabe algún nombre de los miembros del Comité de Apelación o el de Disciplina Deportiva? ¿O del TAS? Esos organismos que resuelven, dictan la resolución, en ocasiones se presentan recursos que modifican sus decisiones... Pues no es fácil averiguar quienes son los que están al frente. Ni a que se dedican aparte, ni si tienen mujer o comen niños. Y es mejor así. Resuelve el Comité, no fulanito de tal.
Con los diplomáticos pasa igual. La Política Exterior la decide el Gobierno y nos importa una mierda el Embajador en Guinea, pero sí suele ser muy destacado quien está al frente de esas embajadas golosas. Wasghintong, Londres, La Habana, El Vaticano... No debería importarnos quienes son... pero algunos trascienden de su cargo y adquieren nombre propio. Trillo mientras es embajador en Londres, sabemos que en Roma está Paco Vazquez, a Zaldivar cuando ejerció en Cuba... El caso es que indudablemente el diplomático más famoso de España sea, sin saberse muy bien los motivos de ello, Inocencio Arias. Un señor que supera los 70 años y que es un rostro conocidisimo en nuestro país. Lleva desde los años 60 ejerciendo de diplomático, en la ONU, como miembro del Ministerio de Asuntos Exteriores, en diversas Embajadas y aún así ha conseguido ser un personaje conocido. Incluso llegó a ser Director General del Real Madrid... En una función que algunos describieron con un "No se sabe muy bien que hace y cobra un montón". Quien pudiera...
Inocencio Arias comenzó a finiquitar su carisma cuando hizo una apasionada defensa de la intervención en Iraq en 2003, justificada por aquellos arsenales químicos tan peligrosos que años después supimos que no existían. Luego Arias reculó también diciendo que "los diplomáticos son unos mandados del gobierno de turno" y a él le tocó eso.
El caso es con 70 años el buen hombre ya puede permitirse hacer lo que le dé la gana. Y entre ello está escribir sobre fútbol. Coger un libro, y hablar sobre sus mundiales. Él como los vivió e insertarlos en el contexto diplomático, histórico del momento. Y la verdad es que el tema me llama la atención, siendo sinceros. Y es más, redundo el quien pudiera. Quien pudiera coger, escribir sobre sus vivencias futbolísticas, titularlas "Mis Mundiales" y que se lo publiquen y vendan. Eso ha hecho en abril de 2014 Plaza y Janés.
Luego hay que tomarse a la ONU en serio resolviendo sobre guerras y conflictos |
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