viernes, 20 de febrero de 2015

Cuauhtémoc Blanco lanza su próximo reto: Ser alcalde

Con 42 años Cuauhtémoc Blanco seguía jugando al fútbol. Hasta abril... en esa fecha abandonará una increíble carrera de goleador, de ídolo en México, de personaje incapaz de dejar a nadie indiferente y probará suerte como candidato a la alcaldía de la ciudad de Cuernavaca, en el estado de Morelos. Se irá unos de los mejores futbolistas de la historia de México, un autentico símbolo, que se resistía a colgar las botas.

La vida de Cuauhtemoc da para largo. Criado en un modesto barrio de Ciudad de México, Cuauhtémoc llamado así como el emperador azteca que fue torturado por Hernán Cortés, se forjó entre seis hermanos en los duros barrios de Tepito. Pero su voluntad pronto le dirigió al fútbol, a las filas del América, donde creció y se convirtió en su líder y auténtica figura. Debutó en el primer equipo con apenas 19 años y en un plantel en el que figuraban nombres de otros delanteros de la talla de Hugo Sánchez o Luis Roberto Alves. Y Cuauhtemoc tuvo que aguardar su oportunidad. Gozó de abundante protagonismo en la etapa de Leo Beenhakker, y comenzó a mostrar sus dotes de goleador. Además, y pese a su juventud, comenzaría a ser convocado con asiduidad con la Tricolor mexicana. No le importaba debutar un día con la absoluta, jugar torneos internacionales con la sub 23 o competir en los Juegos Olímpicos de Atlanta...

Y era solo el principio... Cuauhtémoc disputaría todos los torneos internacionales siguientes con México. Copa América 97 donde caerían en cuartos con Brasil, la Copa Confederaciones del mismo año, la Copa Oro de 1998 que terminaría con triunfo mexicano y el Mundial de Francia, en la que México cayó en octavos frente a Alemania... Su capacidad goleadora comenzaba a llamar la atención. Sorprendentemente, el técnico Jorge Solari, había decidido prescindir de él en el América, y tuvo que encontrar acomodo en el Necaxa. Allí, quedaría subcampeón del campeonato y con 13 goles, se ganó el inmediato retorno al América. Y Cuauhtemoc siguió agrandando su figura. Máximo goleador del campeonato en su retorno, tercer clasificado con México en la Copa América del 99, campeón de la Copa Confederaciones 1999, autor además del cuarto tanto en la gran final ante Brasil y máximo goleador del torneo y una brillante Copa Libertadores en el año 2000 le valieron el salto a Europa.


Tomó rumbo a Valladolid, pero una complicada lesión tras una brutal entrada en un duelo contra Honduras, clasificatorio para el Mundial, le dejó en el dique seco durante ocho meses. Apenas pudo disputar tres partidos en su primera temporada en España. El segundo año, haría tres tantos en veinte encuentros y el equipo castellano-leonés decidió no ejecutar la opción de compra, por lo que, de nuevo, Cuauhtémoc regresaba al América. Y quizá sobresalió su mejor momento. 

Convertido en autentico líder del club. Figura respetada y encima coincidiendo con uno de los técnicos que le dotó de confianza, el holandés Beenhakker, Cuauhtémoc volvió a lo grande. Así también se presentó en el Mundial de Corea. Sin embargo, esta tercera etapa finalizaría de forma abrumadora. Expulsado por un brutal codazo a un rival en octavos de la Libertadores. El partido acabó con una tremenda batalla campal en el estadio Azteca que supuso la descalificación por un año al futbolista y el cierre de tres partidos para el estadio. Cuauhtemoc marchó un año a prestamo al Veracruz.

Eran tiempos complicados. El nombramiento de Ricardo Lavolpe como seleccionador méxicano implicó que Cuauhtémoc desapareciera de los esquemas de la Selección. Viejas rencillas con el entrenador hicieron que el delantero no asistiera a las Copa Oro 2003 y 2005, la Copa América 2004, la Copa Confederaciones 2005 y el Mundial de 2006.

Pero Cuauhtémoc parecía siempre dispuesto a regresar. Y así lo hizo. Y consiguió llevar al América al título de campeón de México en 2005. Y allí daría varios buenos años, antes de despedirse, una vez más, la definitiva y probar suerte en el fútbol estadounidense en las filas de Chicago Fire. La marcha de Lavolpe, propició su regreso a la Selección. Y volvería a hacerlo con fuerza. Su presencia se prolongó hasta las Copas Oro y América de 2007 y alcanzaría su tercer mundial en Sudáfrica, cayendo en octavos de final ante Argentina. Su despedida definitiva de la Selección Tricolor llegaría en mayo de 2014, en un estadio Azteca rendido ante él, que despedía al segundo máximo goleador de la historia del país.

Y es que pese a ese salto a la MSL, en la que sería una de las estrellas del campeonato, Cuauhtémoc se resistía a abandonar el deporte. Ni la edad, ni el bajón físico le frenaban. Regresó a México, donde no le importó jugar en Segunda División y este año se comprometía con el Puebla. Que la directiva del América no le brindase un último contrato para colgar las botas en el club de su vida, provocó incluso algunos incidentes con aficionados descontentos. Sin embargo, pudo despedirse de su afición. Aunque con una camiseta diferente. Pero eso no importó para provocar una espectacular ovación del estadio Azteca.



El caso es que Cuauhtémoc ya había mostrado que no dejaba frío a nadie. Había hecho sus pinitos como actor, había inventado ese regate más propio de dibujos animados al que dieron su nombre, mientras prolongaba su carrera deportiva hasta los 42 años... Ahora, Cuauhtemoc va a probar en un nuevo registro. Da el salto a la arena política. Optará a la alcaldía de la ciudad de Cuernavaca, del Estado de Morelos, uno de los más inseguros del país, encabezando la candidatura del PSD, un partido local de tendencia socialdemocrata y que ha encontrado en el futbolista a su mejor reclamo. Veremos si consigue resultar elegido. 

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