El domingo tuve mi última comida familiar navideña. En Majadahonda. Y hacia allá iba yo con el coche, cuando por una carretera secundaria, al lado del campo, próxima al cementerio, emergía una delgada cruz. Rápidamente me imaginé que eso tenía pinta de ser el monumento a unos milicianos que vinieron a combatir en la Guerra Civil del lado de las tropas franquistas. Mi cabeza, recordaba que eran croatas, pero me equivocaba eran rumanos. Yo había leído en varias ocasiones sobre la presencia del monumento, sobretodo en el fantástico blog Guerra en Madrid, pero no sabía donde se encontraba el monumento. Así que cuando acabé de comer, allí que me acerqué y pude sacar algunas fotos que añado al artículo.
Para acceder hay que acercarse por el campo. Lleno de escombros y de basura. Al lado de una pequeña casa abandonada y caminando por un pequeño camino de tierra. Pero se eleva de manera destacada entre los árboles. Eso sí, como veis en las fotos está lleno de pintadas y grafittis. El monumento se levantó en 1970. Con una cruz en lo alto, dedicado a "Ion Mota y Vasile Marin. Caídos por Dios, España y Rumania. 13 de enero de 1937". Debajo el símbolo de la Guardia de Hierro, la organización a la que pertenecían los dos fallecidos. Y en la parte inferior vienen dos supuestas citas de los homenajeados.
Ion Mota y Vasile Marin vinieron junto a otros simpatizantes fascistas rumanos, atraídos por la hazaña del Alcazar de Toledo, a combatir el comunismo en la Guerra Civil. Visitaron la ciudad castellano manchega, homenajeron al General Moscardo, se trasladaron al Frente de Madrid y defendiendo el cerro de la radio, fallecieron en un bombardeo de un avión ruso. Tras la muerte de ellos, la delegación rumana decidió regresar a su país. Aunque antes de ello recibieron varios homenajes en la España controlada por los nacionales, así como en varias ciudades hasta su llegada a Bucarest.
El monumento levantó polémica recientemente. Evidentemente, no pasaría los filtros de la Ley de la Memoria Histórica y habría que proceder a su derribo. Y así se votó en octubre de 2015 en el pleno del Ayuntamiento que aprobó su derribo con los votos a favor de PSOE, Ciudadanos, Somos Majadahonda e Izquierda Unida, y con la abstención del PP y de Centristas, un partido local.
Sin embargo, la ejecución sigue en suspenso, puesto que el terreno donde se encuentra no es de dominio público, sino que pertenece a la Asociación Custodia Monumento a los Legionarios Rumanos Caídos en Majadahonda. Según manifestaron ellos fueron los que sufragaron el monumento, y al ser de titularidad privada, el Ayuntamiento no puede proceder a ninguna intervención. Año y medio después, el monumento a Ion Mota y Vasile Marin continua en pie. Eso sí, el terreno sigue estando en mitad del campo, sin ninguna cosa que impida el acceso y por tanto, las pintadas y otros actos vandalicos que se puedan hacer contra él.
Además, cada fin de semana próximo al 13 de enero se celebra un amplio acto de homenaje a los dos combatientes, en los que toman parte diversas asociaciones de extrema derecha, así como sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa. Este año 2017, ya están publicados los actos para el sábado 14, contando con participación internacional de los rumanos Fundación George Manu y Movimiento Legionario, así como del Partido Nacionalista Francés.
¿Que tiene que ver esto con fútbol? Absolutamente nada... pero de vez en cuando no consigo encontrar el tic futbolístico para narrar historietas que apetecen ser contadas.
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