jueves, 6 de octubre de 2011

El Dinamo de Berlín, la Stasi y la Oberliga

HISTORIAS DEL ESTE/ ALEMANIA
Ya comentamos en su día todo el simbolismo que rodeaba a los equipos de fútbol de la Unión Soviética. Mismos nombres y dominios se calcaban prácticamente en todos los países satélites que estaban al otro lado del telón de acero. En la RDA esto no iba a ser excepción y la importancia del deporte y el fútbol, por supuesto que tampoco. La Oberliga, como se conocía al campeonato, se convirtió en un apartado más donde ejercer y lucir el poder. Y esto lo tuvo muy claro Erich Mielke, ministro de seguridad, director de la policía secreta Stasi y gran aficionado al fútbol. Tanto, que presidió el Dinamo de Berlín hasta 1989. 

Mielke, persona de la máxima influencia, rápidamente convenció a los otros miembros del Partido de la importancia de que el conjunto de la capital dividida debía ser fuerte y valdría cualquier método para lograrlo. En los primeros años, el conjunto se encontró con la firmeza del Dinamo de Dresde, y de hecho, los de Berlin no se mostraron acertados tanto que llegaron a perder la categoría. La solución para arreglar tan flagrante humillación fue llamar a filas a los mejores jugadores e integrarlos en el Dinamo de Berlín. Así se recuperó la Oberliga. Creció el conjunto e incluso ganó 10 campeonatos consecutivos entre 1977 y 1988. Por si esto resultaba insuficiente, años después se supo que los árbitros tenían claras instrucciones de favorecer al equipo e incluso se invitaba a los rivales a no implicarse al máximo.
Mielke acompañando a unos niños con el
uniforme del Dinamo de Berlin.
El control de los deportistas, ya hemos visto que era una cuestión casi obsesiva entre los regímenes del Este. Hace poco se descubrió que Popescu informaba para el Gobierno de Ceacescu. Estas medidas fueron aún mayores en la RDA donde el temor de fugas hacia el vecino occidental resultaban dramáticas. Controlar y reprimir los intentos de deserción, así como evitar el contagio de ideologías extranjeras que resquebrajarían el sistema eran una obsesión, y los servicios secretos decidieron crear una red de informantes en todos los ámbitos con el fin de descubrir a estos conspiradores, que gracias al deporte salían del país con frecuencia. Jugadores, árbitros, miembros de los cuerpos técnicos o incluso varios ex seleccionadores filtraban información cuando descubrían estas tendencias en compañeros.

La historia resulta más cruenta. Famosos fueron los casos de Mathias Muller, Gerd Weber y Peter Kotte. Al parecer los tres jugadores que militaban en el Dinamo de Dresde, iban a desplazarse con su equipo a una gira por Argentina y después pretendían dar el salto a la RFA y firmar por el Colonia. Los jugadores resultaron detenidos en el propio aeropuerto. Fueron condenados a penas de carcel y a no poder jugar en ningún club de la Oberliga. Pero más sospechoso es el caso de Lutz Eigendorf, otro talento futbolístico del Este. El jugador se fugó a la RFA en 1979 y firmó por el Kaiseslaurten. La FIFA no autorizó el fichaje al tener contrato en vigor y tuvo que pasar un año en blanco para poder estrenarse con su nuevo equipo. 

Estado del coche de Eigendorf donde falleció en 1983
Tras un par de temporadas en el Kaiseslaurten y en el Eintracht Braunchsweig, el 7 de marzo de 1983 fallecía al estrellar su automóvil contra un árbol. Supuestamente había consumido una gran cantidad de alcohol, aunque las personas que habían estado con él lo negaron. La muerte quedó cerrada, hasta que con la desclasificación de varios papeles de la Stasi en el año 2000, se encontró la misión "Tod dem Verrater" (Maten al traidor) junto a su nombre. Las sospechas de una ejecución en venganza por su deserción son evidentes. Y sobre suelo federal.

Por último, el fútbol también tuvo que lidiar con un espectro que resultaba mucho más difícil de someterse al control político, los aficionados. El malestar entre la población iba in crescendo y tratar de evitar manifestaciones públicas de desafecto resultaba primordial. Así resultaba en enfrentamientos contra equipos extranjeros, principalmente si procedían de la vecina Alemania Federal, pero incluso en enfrentamientos de la Oberliga. El fenomeno hooligan empezó a crecer en los años 70 y la Stasi no logró encauzarlo, más que con las habituales culpas y vicios de la influencia occidental entre una juventud confundida.

Ahora, años después, el poderío del fútbol de la Alemania Oriental escasea. Entre las sedes del Mundial de 2006 solo la ciudad de Leipzig pertenecía a la antigua RDA, los anteriormente grandes Dinamo de Berlin y de Dresde pelean en categorías menores y en la Bundesliga apenas se ha dejado notar presencia de conjuntos del Este en los últimos años. 

5 comentarios:

Álvaro Lamela dijo...

Enhorabuena, gran artículo.

El Dinamo pasó de controlar todo a ser controlado, no me extrañaría a que hubiese una mano negra que impidiera al Dinamo llegar a lo más alto. Ahora que está el Hertha representando a la ciudad.

Subo el artículo a goleame.

Gontxo dijo...

Muchas gracias.

Yo no creo en manos negras, bueno, no demasiado. Me imagino simplemente que el nivel ha bajado, y la ALemania federal mucho más pujante se ve reflejada en el fútbol. Yo del este, apenas recuerdo al Hansa Rostock los últimos años, poco más. Y a nivel de jugadores, no lo he mirado con detenimiento, además Alemania uñtimamente recoge mucha herencia emigrante en su Selección.

Saludos. ¿Que es eso de goleame? PAra echarle un ojo.

Álvaro Lamela dijo...

Es un agregador de noticias deportivas, similar a menéame pero en versión fútbol, aunque también tienen cabida el resto de deportes.

¡Ah! Enhorabuena, tu artículo ha llegado a la portada.

Anónimo dijo...

El Hertha, el.Borussia tennis.berlin.y.el.tasmania.berlin.jugaron en.la Bundesliga ya.que se.encuentran en lo.qie.era.el Berlin.Occidental, por tanto no.deberia.citarse al.hertha.como.representante de la.antigua RDA

Anónimo dijo...

En los.ultimos.años.ha.habidp.poca.representacion.de.la.antigua RDA en la Bundesliga: Hansa Rostock, Energie Cottbus, Dynamo Dresde y Lokomotiv Leipzig a.comienzos de los 90...