George Weah ya es leyenda en el mundo del fútbol. El liberiano es el único futbolista africano que ha conseguido ser nombrado Mejor Jugador del Mundo y recibir el Balón de Oro en 1995 (Mérito que no ha alcanzado Samuel Etoo pese a conseguir tres Champions, o Drogba, pichichi de la Premier en varias ocasiones con el Chelsea). Su carrera experimentó una franca progresión, comenzando en equipos de su país, pasando a Camerún, de donde daría el salto a Francia, primero con el Monaco y luego al Paris Saint Germain y de ahí al Milán, la Premier (Chelsea y Manchester City), el Marsella, para acabar colgando las botas en 2003 en los petrodolares de los Emiratos Árabes Únidos. En total un palmarés que contempla dos Scudettos, una Liga francesa, tres Copas de Francia y una FA Cup.
Toda esta brillantisima carrera en el fútbol era indivisible de su condición de liberiano. Una de las economías más pobres de África con una tasa de pobreza que alcanza al 63% de la población y una tasa de alfabetización que en los últimos años ha alcanzado el 59% pero que en 1984 era de apenas el 32. Esa es la Liberia en la que nació Weah. Campo de batalla durante la Guerra Fría, sufriendo golpes de estado y magnicidios que acabarían estallando en 2 guerras civiles (1986-1996) y (1999-2003), mientras su deportista más destacado goleaba y deleitaba en el fútbol europeo.
Tras un periodo de transición, con un Gobierno preparando el terreno para celebrar unas elecciones limpias, Weah, que había colgado las botas también ese 2003, decidió concurrir a ellas para ser el Presidente de Liberia y tratar de aportar su granito de arena a la convulsa situación de su país. Finalmente los comicios se celebraron en 2005, y pese al apoyo y admiración que despertaba el ex jugador, fue vencido en la Segunda vuelta frente a la candidata Ellen Johnson-Sirleaf, primera mujer en gobernar un Estado africano.
Weah fracasó en su intentona política, y aunque repitió aspiración en 2011, esta vez yendo como vicepresidente de Winston Tubman volvió a perder ante el Gobierno de Johnson-Sirleaf que goza de un gran apoyo nacional e internacional. Ha logrado importantes avances en materia de derechos humanos y de reconciliación nacional, tanto que este 2011 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. También ha luchado por la extradición y llevar a juicio a Charles Taylor, presidente entre 1997 y 2003 acusado de crímenes contra la humanidad durante la II guerra civil que asoló el país, así como en materia de agua, electricidad y alimentación.
Pese a no triunfar en su carrera como político, al menos de momento, el compromiso de Weah con su tierra ha quedado fuera de toda duda. Desde su etapa en activo, hasta los intentos recientes de acceder a la presidencia, meta, que de momento, no merece descartarse.
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