lunes, 5 de marzo de 2012

Daniel Grinbank, la cicuta del Leganés

Leganés es una de los municipios del sur de Madrid que se ha desarrollado a pasos agigantados, como sus vecinos Mostoles, Getafe, Alcorcón o Fuenlabrada. Cuenta con campus universitario, amplias zonas industriales, una plaza de toros que se emplea como sede de conciertos y eventos, una población que supera los 185.000 habitantes y un moderno campo de fútbol, Butarque, construido en 1998 como sede del CD Leganés.

El Leganés era el representante del fútbol del sur de Madrid. Fundado en 1928, ascendió a Segunda en 1993, mucho antes que su vecino Getafe, hoy asentado en 1ª y la reciente presencia del Alcorcón hoy en día. Sin grandes hazañas, con sufrimiento para mantenerse, pero el Leganés parecía bien asentado, llevaba varios años consecutivos en Segunda, se lanzó al proyecto de sustituir su antiguo estadio por uno nuevo, por sus filas pasaron futbolistas de la talla de Samuel Etoo, Pierre Webó o Catanha, además de nutrirse de canteranos que luego se asentarían en Primera por muchos años como Alfredo o Vivar Dorado. Su consolidación parecía evidente, de hecho, un par de años se mantuvo en la pelea por disputar la promoción de ascenso sin alcanzarla.

Todo esto debió ser tenido en cuenta cuando en 2003, un empresario musical argentino se decidió a comprarlo, se trataba de Daniel Grinbank, cuya influencia como productor y representante ha sido palpable en toda Latinoamérica. En 2002 ya había tenido contacto con el fútbol, al participar en un fondo de inversión destinado a realizar fichajes para el Independiente de Avellaneda, sin embargo, en esta ocasión fue más lejos. Asumió la propiedad del Leganés y convenció al actual Seleccionador de Colombia y por entonces, el Seleccionador Sub 20 argentino más exitoso, José Pekerman para que tomara las riendas de la dirección deportiva. De su mano convenció a una amplía hornada de compatriotas. En el banquillo se sentaría Carlos Aimar, entrenador con un amplio historial y que ya había dirigido en España a Logroñés, Celta o Tenerife en Primera. Y en el campo entró pisando fuerte. Despidió a 17 futbolistas y contrató, ni más ni menos que 15 jugadores argentinos. Algunos de ellos, internacionales absolutos como Chamot o Fede Martínez. Las expectativas se dispararon. Se hablaba de ascenso a 1ª, de aupar a un municipio del sur de Madrid a la élite. La amplía comunidad argentina rápidamente simpatizó con el equipo.... Como recordaba a la anterior experiencia de un argentino propietario de un equipo español, el Badajoz de Tinelli en 1998...

Y como sucedió a los extremeños, falló el hecho diferencial en el fútbol, la clasificación, los goles... El equipo no terminaba de arrancar y eso, que llegó a forzar la prorroga frente al Real Madrid en Copa del Rey. Pero en la Liga, el Leganés se aproximaba más a los puestos de descenso que a la zona noble. Hasta que en los primeros días de enero Grinbank anunció que abandonaba el proyecto al no poder asumir los seis millones y medio que figuraban de presupuesto de la entidad. No tardaron mucho en seguirle Carlos Aimar, Pekerman y la mayor parte de los futbolistas. El Leganés se encontró con una cuenta corriente en números rojos incapaz de afrontar los pagos venideros, con una plantilla y cuerpo técnico huyendo ante la incertidumbre y el equipo ya de por sí en una complicada situación clasificatoria. Como era de esperar, no pudo sobrevivir al terremoto Grinbank y acabaría descendiendo a Segunda B, categoría de la que no ha logrado salir desde entonces.

La situación resultó más escandalosa, cuando se averiguó que en ningún momento llegó a formalizarse la compra del club de manera oficial, ni en registro ni comunicada a la LFP. Y eso que en la presentación de Grinbank como propietario todo fueron buenas palabras, acudió el alcalde del municipio como gesto de apoyo... El caso es que el empresario asegura que no le cuadraron las estimaciones, que "el Leganés no sería rentable ni en Primera" y que también se incumplieron acuerdos como el de duplicar la subvención por parte del Ayuntamiento y que se marchó "sin deber un peso a nadie". Posteriormente, en otras entrevistas aseguró que "del negocio del fútbol huí espantado (...) Es un coctel imposible". Lo cierto, es que su última aproximación futbolística fue pujando por hacerse con los derechos para organizar eventos en el campo del River Plate. 

El caso es que su huida dejó herido de muerte al Leganés que perdió su categoría y ya no ha vuelto a asomarse la división de plata en España, y padeció la herencia económica de los cinco meses Grinbank. Lo más curioso, resultó como ese año, el vecino teóricamente pequeño y que nadie contaba en los planes para aspirar el ascenso, el Getafe, sí consiguió subir a Primera, donde continua, ha alcanzado dos finales de Copa del Rey y ha participado en competiciones europeas, además de aportar varios futbolistas a la Selección Española.

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