En 1998 era difícil discutir la superioridad de la Juventus en Europa. Un equipo en el que formaba gente como Del Piero, Zidane, Davids, Deschamps, Inzaghi... que se preparaba para disputar su tercera final de la Champions de manera consecutiva y que era el dominador del campeonato italiano. El Inter, había reforzado su plantilla con Ronaldo, mejor jugador del mundo en aquel momento intentando hacerle sombra a nivel domestico. Y a falta de tres jornadas, se disputaba el Juve-Inter con un solo punto de ventaja para los de Turín, ¿era posible que el Inter arrebatase el título del Calcio a la vechia signora?
El encuentro resultó duro y disputado, conscientes ambos equipos de lo que había en juego. Hasta que sucedió la jugada fatídica que conllevaría ríos de tinta y convertiría el partido en una cuestión de Estado llegándose a las manos entre Diputados en el Parlamento italiano.
Minuto 70 con 1-0 a favor de la Juventus, contragolpe del Inter. Zamorano cede la pelota a Ronaldo dentro del área, tira el regate y es obstaculizado por Mark Iuliano que se desentiende completamente del balón y va a chocar intencionadamente con el brasileño. Penalty clarísimo que ve todo el mundo excepto el árbitro Pierro Ceccarini. Para más inri, el balón es despejado y en la continuación de la jugada Taribo West, defensa interista, derriba a Del Piero, y esta vez, sí, el árbitro decreta la pena máxima. Los jugadores del Inter se comen al colegiado que no duda en expulsar a Simoni ante el cariz de las protestas. Pese a que Pagliuca detuvo el penalty el marcador no se movió. Victoria de la Juventus que se ponía con 4 puntos de ventaja y prácticamente sentenciaba el campeonato.
La polémica salta a los medios de comunicación. En España el MARCA tituló "Así gana la Juve". Incluso Radio Vaticano, en boca del cardenal Fiorenzo Angelini, interviene y sentencia "La grave falta de Iuliano sobre Ronaldo la habría visto hasta un ciego". Pero la discusión no se limita a los medios. El 29 de abril de 1998, la sesión plenaria de la Asamblea italiana es suspendida por el enfrentamiento a bofetadas, entre dos diputados. Cesare Rizzi de la Liga Norte, reclamaba en la tribuna que el encuentro volviera a celebrarse con árbitros extranjeros. Entonces, el diputado Domenico Gramazio, de la Alianza Nacional acusa a "todos los árbitros de estar pagados por la FIAT" (propietaria también de la Juventus). Ante esto, otro diputado del Partido Demócrata de la Izquierda, Massimo Mauro, y en su día jugador juventino le espeta que "Tú también has estado a sueldo de la FIAT" y le llama bufón. Gramazio reacciona violentamente y se lanza hacia él sin importarle los fotógrafos y cámaras de televisión presentes.
Un fallo arbitral que se convierte en cuestión de Estado y consigue detener la sesión del Parlamento provocando la violencia y el enfrentamiento entre varios diputados. Nuevamente el fútbol adquiere una dimensión política superior de para la que fue concebido el deporte.
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