Seguimos rondando aspectos relacionados con el fútbol ruso tras su nombramiento como organizador del Mundial 2018. Tras ver las conexiones con el asesinato del refugiado politico Litvinenko y los disturbios raciales que se desarrollaron durante varios días por la muerte de un hincha del Spartak de Moscu, hoy nos vamos a aproximar a la figura del Terek Grozni, el mejor equipo de la región de Chechenia, que curiosamente, ayer mismo, anunciaba la contratación de Victor Muñoz como entrenador.
El conjunto fue fundado bajo el nombre de Dinamo en 1946 pero fue variando de nombres hasta que en 1958 y como refleja su escudo asumió el nombre de Terek. En la década de los 90, irremediablemente se vio implicado en los conflictos regionales que surgieron tras el desmembramiento de la URSS y los intentos de Chechenia de secesionarse de Rusia, algo que no aceptó Moscú, aunque existió una independencia de facto no reconocida. Desde entonces, dos sangrientas guerras, miles de desplazados, atentados terroristas con un alto número de victimas y un odio y desconfianza inerte entre varias comunidades en una situación enquistada y que sigue siendo una incomoda piedra en el zapato de la poderosa Rusia.
Como decía, el equipo de fútbol se vio implicado de lleno en el conflicto. La Federación Rusa prohibió celebrar encuentros oficiales en la región por el alto nivel de peligrosidad en 1994. El equipo, ejerció de ascensor y fue rebotando por varias categorías y de 1995 hasta 2001 estuvo un largo paréntesis sin competir con sus homólogos rusos. Y como en tantos otros lugares, el control del fútbol en la región fue concebido como una cosa de vital importancia para los gobernantes. En 2001 el equipo decidió regresar a la competición mayor rusa y en 2006 añadió el nombre de su ciudad y capital chechena Grozni, al del equipo.
El palco del Terek Grozni con Kadyrov en el centro, presidente de Chechenia y del Terek Grozni |
LOS KADYROV...
Chechenia no puede explicarse sin su nombre. Los Kadyrov. Pero es difícil explicar la evolución de esta familia que nuevamente vuelve a mostrar los estrechos lazos entre fútbol, política y sentimientos nacionales. Ajmat Kadyrov se aupó como líder secesionista checheno tras la desintegración de la URSS y fue uno de los grandes lideres rebeldes durante la primera guerra. Pero misteriosamente cambió sus puntos de vista ideológicos y desde el año 2000 se hizo prorruso, asumió la jefatura de la región favoreciendo los intereses de su antiguo enemigo y en 2003, cuando entró en vigor un nuevo marco constitucional que reconocía a Chechenia como una República Federal dentro de Rusia fue elegido como Presidente en unas elecciones con bastantes signos de irregularidades. Sin embargo, un año después, los rebeldes chechenos no perdonaron esa traición y ese cambio de bando y fue asesinado en un atentado... curiosamente en el estadio de Grozni, cuando se celebraba un desfile militar. Junto a él murieron otras 5 personas y hubo 56 heridos por una mina terrestre colocada bajo su ubicación en el graderio.
En el cargo le sucedió su hijo, con un breve paréntesis de Gobierno del prorruso Aljanov hasta que el pequeño Kadyrov cumpliese los 30 años que figuran en la Constitución de la región como requisito para acceder a la Presidencia. En 2007, recién estrenada la treintena, ascendió al cargo Ramzan Kadyrov, que entre otros altos cargos fue Primer Ministro checheno y recibió galardones y reconocimientos por parte de Moscú (Héroe de la Federación Rusa). Sin embargo, su régimen está acusado de flagrantes violaciones de derechos humanos, de manejarse en una política totalitaria y de disponer de un ejercito privado encargado de actuar como policía política y de brazo de control de la población. Putin parece estar en plena sintonía con el joven presidente. Y voces que se dedicaron a denunciarle y documentar sus abusos como la de la periodista Anna Politovskaya, fue tiroteada en un ascensor.
El día que volvía el fútbol oficial a Grozni |
... Y, POR SUPUESTO, EL FÚTBOL
Pero, aparte de esas ocupaciones políticas y militares, Kadyrov ha de hacer frente a otra distracción... La de presidente del Terek Grozni. El equipo, que en su día era un símbolo de resistencia y de competencia frente a su enemigo Rusia, ahora, se convertía, también bajo las largas manos de la familia Kadyrov en otra herramienta del régimen. Siendo honestos, con él al frente, se han producido los mejores momentos de la historia del pequeño equipo checheno. Además de alcanzar la Premier Rusa, el equipo logró proclamarse Campeón de Copa en el año 2004 (único título que adorna su palmares), frente a los grandes y poderosos equipos moscovitas. Esto le valió a su vez el derecho de participar en la Copa de la UEFA al año siguiente, logrando eliminar al Lech Poznan polaco y cayendo en 2ª ronda frente al Basilea suizo. Tras otro paso por 2ª, recuperó la máxima categoría en 2008 y en ella permanece, aunque alejado de esa progresión que han experimentado, sobre todo Zenit y CSKA. Los avances de apaciguamiento en la zona han permitido, también en 2008 que el Terek Grozni pudiera volver a disputar sus encuentros en su estadio (donde fue asesinado Kadyrov padre), y aunque las medidas de control son elevadisimas y la mayoría de banderas chechenas (muchas con el rostro de Kadyrov en ellas) mayoría, también se asoman las de Rusia. Además, como en el resto de la competición liguera ex sovietica, empiezan a asomarse figuras extranjeras. El año pasado, el rumano "La cobra" Ilie descolgó las botas y se embarcó en la aventura chechena. Ahora llega Victor Muñoz...
No hay comentarios:
Publicar un comentario