jueves, 16 de agosto de 2012

Escobal y Monjardín, historia de las dos Españas en el Real Madrid

Imagen del Real Madrid de los años 20. Monjardín aparece en el medio.
Patricio Pedro Escobal y Juan Monjardín nacieron ambos en 1903. Del mismo año, compartieron vestuario como jugadores del Real Madrid durante ocho campañas en una época en que el fútbol se debatía en el transito del amateurismo a la profesionalización. Escobal heredaría el brazalete de capitanía cuando Monjardín colgó las botas... Pero ambos jugadores pese a todo este tiempo juntos, compartir vestuario, saborear victorias y digerir derrotas juntos... No eran amigos. No se saludaban. Tenían unas visiones contrapuestas de la vida que les hizo dejar de hablarse y no tenerse ninguna empatía. En una década en que las ideologías tiraban hacia el extremo y que apenas unos años más tarde desembocarían en la Guerra Civil, podrían simbolizar perfectamente los problemas hacia los que avanzaba España en particular y Europa en general.

Escobal era riojano, de hecho, al participar en los Juegos Olímpicos de 1924 se convirtió en el primer deportista de la Rioja en disputar esa competición. Monjardín era gallego, y fue el primer jugador del Real Madrid en alcanzar la internacionalidad absoluta. Dos referentes en su época. Pero, en un fútbol en los años 20 muy, muy diferente. De carácter amateur, muchos futbolistas eran estudiantes que aprovechaban su etapa en Madrid para formarse con sus estudios universitarios. El fútbol era un ocio con el que distraerse. Lo importante era la carrera que cursaban. Escobal, ingeniería industrial, Monjardín, agente de bolsa. Durante esos años, comenzó el debate de profesionalizar el fútbol y que asumiese un carácter de deporte de masas, con jugadores con altas remuneraciones, y a su vez, mayores ingresos por taquilla. Contratos privados y jugadores con plena dedicación. Escobal fue de los primeros en posicionarse a favor, y trató, sin éxito, de formar un sindicato de jugadores que defendiese los derechos y salarios de los futbolistas. Monjardín se mostró radicalmente en contra. Entendía el fútbol como un ocio, que compaginaba con su formación como agente de bolsa, la profesión familiar, que había reportado una cómoda fortuna y a la que esta convencido de encaminarse en cuanto acabará los estudios, y a su vez, colgara las botas. Y así lo hizo. Se retiró con 26 años y en plena forma, porque no concebía el fútbol como profesión, para pasar a dedicarse por completo como agente de bolsa. De nuevo, visiones antagónicas en los pensamientos de estos dos jugadores.

Escobal, tardó algo más, se retiró con 31 años en el Logroñes, y también comenzó a ejercer su profesión de ingeniero en el Ayuntamiento de Logroño. Con el triunfo conservador le retiraron la plaza pública, y en 1934, con el triunfo del Frente Popular la recuperó. Sus ideas le marcaban irremediablemente. Y con el comienzo de la Guerra Civil, cayó detenido, acusado de izquierdista. Tras 18 meses preso, y temiendo un desenlace aún peor, las influencias de su familia pudieron liberarle y tuvo que partir al exilio, primero en Cuba y luego a Estados Unidos. Monjardín, mientras tanto, sin tomar un papel tan activo, simpatizo con Falange desde el principio, mucho más afín a su visión conservadora de la vida.

Monjardín, pudo permanecer en España y siguió trabajando como agente de bolsa. De hecho, su muerte, en 1950 en un accidente de tráfico, mereció una página entera en el diario ABC y hasta el propio Franco envió condolencias a la familia. Escobal, por contra, ya apenas regresó del Nueva York donde se había instalado y vivía como ingeniero industrial. Publicó sus memorias en inglés en 1968, que no vieron la luz en España hasta 1981 bajo el título de "Las Sacas". Falleció en Manhattan en 2002, con 99 años.

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