viernes, 22 de febrero de 2013

Mekhloufi y el once de la independencia argelino

La independencia de Argelia es una de las más interesantes vista desde Europa. Su lucha se prolongó durante décadas, practicamente desde el final de la II Guerra Mundial comenzaron tiranteces ente colonía y metropoli. Y eso que muchos argelinos habían tomado parte en la Guerra con dedicación. Se emplearon métodos bastante sucios, e incluso conllevó a una refundación del Estado francés dando nacimiento a una V República presidencialista con Charlles de Gaulle al frente. La situación en Argelia, que no actuaba como colonia sino como una parte más de Francia, se agravó. Hubo cruentas batallas. Se hizo publicó que se empleó la tortura y se dudó de donde procedían los medios y la financiación de grupos terroristas profranceses como las OAS. A lo largo de casi una década, fueron múltiples las victimas en los dos bandos.

Pero como en otros momentos históricos, el fútbol también tuvo su cuota de protagonismo. Y uno de esos rostros más significativos fue el de Rachid Mekhloufi. Delantero del por entonces poderoso Saint Ettiene, Mekhloufi comenzaba a labrarse una destacada carrera futbolistica. Su equipo consiguió en 1957 su primer título liguero, y el jugador nacido en Argelia destacaba con luz propia. Tanto, que les Bleus le llamó para la Selección con vistas al Mundial de Suecia 1958. Era una Selección poderosa, con nombres como Kopa o Fontaine en la línea de ataque. 

Mientras Francia se preparaba con normalidad y Mekhloufi había vestido ya en cuatro ocasiones la camiseta francesa... una mañana saltó la sorpresa. El futbolista del Saint Etienne y otros rostros conocidos como Said Brahimi (Toulousse) o tres jugadores del Mónaco, Moustapha Zitouni, Abderrahmane Boubekeur y Ben Abdelaziz Tifour entre otros habían desaparecido de sus habitaciones. Todos ellos internacionales franceses, todos ellos argelinos. El último, incluso había participado con Francia en el mundial de Suiza disputado cuatro años antes.
Pero todos habían tomado una decisión arriesgada. Renunciaron a sus carreras futbolísticas. A la posibilidad de disputar la Copa del Mundo y abandonaron el fútbol profesional por formar un equipo bajo las siglas del Frente de Liberación Nacional. Solo podrían disputar partidos amistosos. No eran una Selección, de hecho, al país que decían representar todavía no era independiente ni estaba reconocido. La FIFA no daba validez a sus encuentros, pero durante cuatro años el FLN fue disputando amistosos con tal de lucir la bandera argelina, recaudar fondos con finalidad política y ofrecer una imagen agradable de un país inmerso en una cruenta guerra. Para ello, hubo de encontrar rivales, tarea que no siempre resultó sencilla. Cerradas las puertas de Europa, el FLN encontró cabida entre sus vecinos norafricanos, o en países del Bloque comunista y de los de Países No alineados. Hubo partidos en Túnez, Marruecos, Libia, Iraq, la URSS, China, Bulgaría, Hungría, Yugoslavia... En todos esos estadios sonaba el himno argelino, se izaba la bandera y los jugadores vestían su camiseta orgullosa.

En 1962, tras un largo periodo de conflicto, Argelia y Francia pactaron la independencia del país árabe, y la Selección del FLN sería disuelta y podría comenzar a andar un combinado que representase con oficialidad al nuevo país. Mekhloufi, de vuelta al profesionalismo, se comprometió con el Servette donde ganó la liga suiza, y al año siguiente regresó al Saint Etienne. Al principio, recibido como un traidor, pronto volvió a ganarse el cariño de la grada, y más cuando con él en el equipo, el Saint Etienne levantó otros tres títulos ligueros. 

Ben Tifour, que ejerció de capitán del equipo y entrenador, aunque en un principio dudó en enrolarse, prefirió quedarse en Argelia y ocupó el cargo de Seleccionador. Falleció en un accidente de coche en 1970 y el FLN volvió a juntarse para rendirle un merecido homenaje. Mekhloufi también ocuparía el cargo de Seleccionador en diversas ocasiones, incluido el Mundial de España en la primera presencia argelina en una Copa del Mundo. Era un premio merecido a los líderes deportivos que renunciaron a cuatro años de sus mejores momentos deportivos para contribuir a la independencia de su país. 

2 comentarios:

Jose MME dijo...

Eso es lo que harían algunos si de verdad tuvieran huevos, pero la pela es la pela.

doRCCV dijo...

Cierto, otros con mucha pela ya, en países más ricos quieren quedar bien por los dos bandos y doblan las medias durante el himno por ejemplo. Más principios y menos guita.