La verdad es que me cuesta disimular que la historia de Carlos Caszely es una de las que más ganas tenía de sacar en el blog. Y a la vez, la que me costaba conseguir mostrar de una manera satisfactoria. Pocos casos hubo de futbolista tan convencido y comprometido. De marcarse contra una un régimen autoritario de manera activa. De negar la mano a un dictador que había llegado al poder tras un cruento golpe de Estado y cuya lista de torturas y desapariciones era notoria y abundante. Caszely, además de uno de los mejores futbolistas del país en ese momento sabía por su propia madre lo que representaba Pinochet y su Gobierno.
Carlos Caszely comenzó a destacar en el fútbol. Se formó en las divisiones inferiores de Colo-Colo y fue ascendiendo hasta destacar en el primer equipo. Sus cifras goleadoras eran magnificas. En 1973, destacó en todo el Continente, ya que alcanzó la final de la Copa Libertadores que le arrebató el Independiente argentino. Por esa época, Caszely ya se había manifestado políticamente en diversas ocasiones. Sus ideas se aproximaban al partido comunista Unidad Popular del senador Volodia Teitelboim y la diputada Gladys Marin. Pero en ese infausto 11 de septiembre de 1973, un golpe de Estado de las Fuerzas Armadas capitaneadas por el General Pinochet, puso fin al gobierno de Salvador Allende, que acabaría suicidándose defendiendo el Palacio de la Moneda. Desde ese momento, Chile inicia una dictadura en la que la represión y las desapariciones son una de sus señas de identidad.
Por aquel entonces, Caszely ya había tomado la decisión de dejar Chile y probar fortuna en Europa. Sonó para Real Madrid o Barcelona. Tenía categoría para ello. Pero se había comprometido con el Levante. Aún así, la Selección Chilena ultimaba la clasificación para el Mundial de Alemania´74 y debía enfrentarse en el repechaje a la URSS. En un partido cargado de connotaciones políticas tras el golpe de Estado. En la ida en Moscú, Chile resiste y logra un empate a cero. En la vuelta, la Unión Soviética se niega a viajar al país de Pinochet, donde se asegura que el Estadio de Santiago se emplea como centro de reclusión y torturas. Los informes de la FIFA, desmienten, dicen que la situación es de "tranquilidad total". La Unión Soviética decide no presentarse. Aún así el 21 de noviembre a la hora fijada, Chile pone en juego el balón y anota un victorioso tanto ante una portería vacía. Chile se clasifica para el Mundial.
Caszely toma parte en ese equipo, pero su compromiso público es imborrable y se convertirá en un constante quebradero de cabeza para el régimen. No quiere renunciar a su mejor jugador, pero tampoco está dispuesto a dar eco a un "rojo". Caszely, tampoco da su brazo a torcer. En la primera audiencia con Pinochet junto a otros altos cargos de la Junta de Gobierno acuden a despedir a la Selección antes de viajar a disputar el Mundial. Allí el propio dictador alerta de "los problemas que van a afrontar en Europa ya que la calumnia y la mentira ha llegado a cambiar la mentalidad de muchos europeos que no saben ni conocen lo que está sucediendo en Chile (...). Pero en esa despedida, Caszely, sentencia y decide no estrecharle la mano a Pinochet. Todo un desafío ante el gobernante del país.
Para desgracia de Caszely, y en el fondo de todo Chile, el Mundial resulta infructuoso. En el primer partido contra la anfitriona Alemania, el jugador es expulsado. Eso le hace perderse el duelo además contra la Alemania Oriental, y la prensa carga contra él y ve oscuras intenciones para evitar enfrentarse a una ideología con la que simpatiza. Chile cae eliminada en la fase de grupos y desde entonces, las idas y venidas de Caszely con la Selección se suceden. En 1977, desde el Gobierno se veta su presencia en la Selección y Chile se queda fuera del Mundial del 78. Por entonces, Caszely llevaba cinco años goleando en nuestro país, ahora con el Espanyol.
En 1978 decide volver al Colo-Colo, donde su relación con prensa y régimen no es sencilla. Pero su rendimiento sigue siendo alto y tras el fiasco clasificatorio, la Selección Chilena cede y vuelve a llamarlo. De hecho, se convierte en el mejor jugador de la Copa América de 1979 donde el país queda subcampeón. También consiguen clasificarse para el Mundial de España ´82, pero de nuevo... una mala actuación le arroja a la prensa. Falla un penalty contra Austria y se duda de su compromiso nacional... por lo que desde 1983 hasta su retirada en 1985 sus apariciones serán intermitentes. Estas interrupciones sin embargo, no consiguen evitar que actualmente Caszely siga siendo el tercer máximo goleador del país con 29 tantos, solo superado por otros dos ilustres y más recientes como Marcelo Salas e Iván Zamorano.
Pero a Caszely todavía le quedaban fuerzas. Y así fue cuando se convirtió en uno de los mayores activistas del No en el plebiscito sobre la continuidad de Pinochet en 1988. Y lo hizo mostrando una historia desconocida, que Caszely llevaba quince años padeciendo y que, apenas nadie había escuchado en Chile. En los programas electorales, apenas unos quince minutos de televisión diaria que se brindaba a la oposición, y en la que se mostraban vídeos, representaciones y declaraciones de personajes, apareció la señora Olga Garrido. Su nombre anónimo y aparentemente intrascendente frente a políticos de izquierdas, o los rostros famosos de personajes públicos que pedían el No (Desde Sara Montiel a "Superman" Christopher Reeve).
Pero Olga Garrido no era una cara desconocida sin más. Se trataba de una señora que narraba que fue secuestrada y torturada brutalmente. Había padecido una serie de vejaciones que no se había atrevido a contarlas en su totalidad ni siquiera a su familia, por respeto a si misma y a los suyos. Ella iba a votar que no. Tras el descorazonador relato, a su lado aparecía Carlos Caszely. Él sí era un rostro popular para absolutamente todos los chilenos. Ese señor iba a votar "No". ¿Porqué? Porque los sentimientos de Olga Garrido eran sus sentimientos. Esa señora que había padecido toda esa barbarie, era su madre.
Su declaración fue un duro golpe a la campaña oficialista que abogaba por la continuidad de Pinochet. Su repercusión fue altísima. Incluso tuvo eco en España en el diario EL PAIS.
En ese 1988, el No a la continuidad de Pinochet se impuso y puso fin a la dictadura en Chile. Caszely, ya retirado veía sus aspiraciones cumplidas. El hombre que se jugó la vida negando el saludo a Pinochet, y que ahora había tomado la decisión de comprometerse activamente para restaurar la democracia en Chile ganó el partido.
Pero Olga Garrido no era una cara desconocida sin más. Se trataba de una señora que narraba que fue secuestrada y torturada brutalmente. Había padecido una serie de vejaciones que no se había atrevido a contarlas en su totalidad ni siquiera a su familia, por respeto a si misma y a los suyos. Ella iba a votar que no. Tras el descorazonador relato, a su lado aparecía Carlos Caszely. Él sí era un rostro popular para absolutamente todos los chilenos. Ese señor iba a votar "No". ¿Porqué? Porque los sentimientos de Olga Garrido eran sus sentimientos. Esa señora que había padecido toda esa barbarie, era su madre.
Su declaración fue un duro golpe a la campaña oficialista que abogaba por la continuidad de Pinochet. Su repercusión fue altísima. Incluso tuvo eco en España en el diario EL PAIS.
En ese 1988, el No a la continuidad de Pinochet se impuso y puso fin a la dictadura en Chile. Caszely, ya retirado veía sus aspiraciones cumplidas. El hombre que se jugó la vida negando el saludo a Pinochet, y que ahora había tomado la decisión de comprometerse activamente para restaurar la democracia en Chile ganó el partido.
7 comentarios:
Fue el primer expulsado por tarjeta roja en unos Mundiales. Por si lo quieres añadir. Por lo demás, tan extraordinario el artículo como siempre.
Hola, sigo mucho tu blog y lo encuentro muy interesante. Normalmente no comento, pero hay un detalle en esta que me ha picado y mucho la curiosidad. En la foto con Cruyff, tanto Caszely como el holandés visten la camiseta de la selección catalana. Hay alguna razón para ello? Es que lo desconozco completamente. Gracias!
Hola
Si, es cierto. El primer expulsado de la historia de los mundiales. Por eso, debió agravar aún más las críticas en la prensa En el enlace pongo el video. Si puede ser tarjeta roja, aunque parece ser que era Vogts el que estaba sacudiendo... pero al anfitrión siempre se le respeta más.
Lo de la foto de Cruyff y Caszely, efectivamente. Es una foto de la Selección catalana. De un partido en 1976 contra la URSS que se jugó en el Camp Nou y acabó empate a 1. La primera vez que se reunía la Selección Catalana tras la muerte de Franco. Aunque jugó como Cataluña, era un combinado de jugadores de equipos catalanes, y en él estaban Cruyff o Neeskens o el propio Caszely.
http://hemeroteca.mundodeportivo.com/preview/1976/06/10/pagina-3/1419513/pdf.html
Historia recogida en 'Futbolistas de izquierdas' con bastantes anécdotas dice cuenta que el Madrid desistió de su fichaje al enterarse que apoyaba a Allende. Me gustó mucho esta historia.
Sí es cierto, aparece en el libro. Narra también los disturbios en su partido de homenaje entre opositores y la policia. Lo del Real Madrid, no lo sé. Contrató a Breitner por aquel entonces, aunque también acabó dandole sálida porque era un personaje un tanto incomodo... así que, ¿quien sabe?
Fantástico...
he escuchado mas de una vez lo de que Caszely es el primer expulsado, tengo entendido que fue el debut de tarjetas rojas y amarillas, porque expulsados ya habia, solo recordar al Italiano David, contra Chile en el mundial del 1962
Publicar un comentario