martes, 17 de julio de 2012

Un muchacho de New Jersey derrota a EEUU en la Copa Confederaciones de 2009

El fútbol provoca sentimientos que cuestan digerir. El otro día recordabamos como a Klose y a Podolski, polacos de nacimiento pero que decidieron defender la Selección Alemana, hubo voces políticas que solicitaron que se les retirará la nacionalidad o la actuación del coreano Anh Jung-Hwan que provocó la eliminación de Italia en el Mundial de 2002 y que le valió su despido en el Perugia. Menos revuelo levantó la actuación de Giuseppe Rossi con la Azzurra durante la Copa Confederaciones de 2009.

Rossi nació en Nueva Jersey, hijo de padres italianos que habían partido a Estados Unidos en busca de fortuna. Y resultó que el muchacho desde pequeño mostraba sus grandes condiciones para el fútbol y sabía que de querer desarrollarlo con éxito debía ser en Europa. Ya con edad juvenil había dado el salto al Parma, pero el Manchester United le echó el ojo rápido y decidió contratarlo, aunque no encontró hueco en Old Trafford. Su destino siguiente fue la Liga española, en 2007 firmó por el Villarreal con apenas 21 años.

Desde pequeño siempre tuvo claro que llegado el momento se decantaría por Italia y no escucharía llamadas de la Selección de EEUU. Pese a que él mismo cuenta que en 2005, el Seleccionador estadounidente llegó a llamarle para intentar convencerle con 18 años. En categorías inferiores se vistió de azul desde la sub-16 y con los italianos disputaría los Juegos Olimpicos de Pekín en 2008. Su nombre ya sonaba con fuerza para dar el salto a la Absoluta, algo que sucedería a finales de ese mismo 2008. Su primera gran cita sería la Copa Confederaciones de 2009 a disputar en Sudafrica. Todavía es joven y Lippi no termina de dar paso a las nuevas generaciones, pero en el primer partido, Italia se encuentra con la firmeza de EEUU. Se marcha perdiendo al descanso 1-0 y según avanzan los minutos parece imposible penetrar en la férrea defensa norteamericana. El Seleccionador decide retirar a Camonaresi y dar entrada a Rossi en el minuto 56.

Y el muchacho de New Jersey decide no perder más tiempo. A los dos minutos de entrar en el campo, robó una pelota en el centro del campo, la condujo y con la izquierda enganchó un fuerte disparo desde fuera del área haciendo el empate y batiendo a su país natal. A partir de ahí, Italia dominó el juego y se impuso. Rossi, en el tiempo añadido coronó su actuación con su segundo tanto que ponía el 1-3 definitivo. En EEUU no se levantó excesiva polvareda, aunque es raro ver este camino. Normalmente eran los descendientes de italianos los que nutrían al país en muchas de sus prácticas deportivas (de hecho, uno de sus más célebres porteros, Tony Meola, también de Nueva Jersey, era hijo de un ex profesional italiano). Esta vez, y pese a nacer allí, Rossi desanduvó el camino de sus padres y se dispone a triunfar con Italia.

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