lunes, 5 de agosto de 2013

Eugene N´Jo Lea, el futbolista-diplomático

Los años 70 resultan mucho más prolíficos para encontrar historias de este blog. Los futbolistas adquirían una mayor conciencia social y surgían historias mucho más destacables. En España veíamos como los jugadores de Real Sociedad o Athletic de Bilbao daban su empujón a la Transición, como algunos desafiaban al régimen y portaban brazaletes negros tras los últimos ejecutados del franquismo, la URSS se negaba a acudir al Chile de Pinochet, confluían nombres como los del italiano Paolo Sollier, de Paul Breitner, del argelino Rachid Mekhloufi. Uno de los compañeros de este último en el Saint-Ettiene, era el jugador camerunés Eugene N´Jo Lea. Un hombre que se dedicó al fútbol mientras se formaba como abogado y después diplomático. Y aportó sus conocimientos para mejorar las condiciones de sus compañeros en una activa década de los 70.
N´Jo Lea nació en Camerún en 1931, por entonces una colonia francesa. El fútbol, como a muchos niños africanos le distrae de la pobreza que padece todo el país y lo usa como entretenimiento mientras sueña con obtener una beca para poder partir a estudiar al extranjero. La conseguirá, y en 1952 marchará a Francia a proseguir sus estudios. Pero, llegado a la metrópoli, y ya consolidado el gusanillo del balompié, se inscribe con un equipo de aficionados de Roanne. Sus cifras goleadoras no pasan desapercibidas y acuden a verle en acción los dirigentes del Saint-Etienne, que rápidamente toman la decisión de incorporarlo. Mientras compagina sus estudios, a los que se niega a renunciar, va creciendo en el club francés, alcanza el primer equipo convirtiéndose en el primer jugador camerunés en jugar en la Ligue 1. Sus resultados se van notando, y en 1957 el equipo de Mekhloufi y N´Jo Lea se proclama campeón de Francia y al año siguiente disputará la Copa de Europa. Ese delantero, nacido en Camerún, destaca por su capacidad goleadora. Pero él, sigue teniendo en mente el fútbol como una actividad secundaria. Lo importante es su faceta académica.

Tanto, que en 1959, se matricula en la facultad de Derecho de Lyon, por lo que compaginar los estudios desde Saint-Etienne  se le complica y solicita su transferencia al equipo de la ciudad. Lo mismo le sucederá dos años más tarde, en 1961, cuando desea realizar una especialidad de Derecho Público en París, por lo que se marcha al Racing de París. Equipos con menor potencial deportivo, pero en los que N´Jo Lea sigue mostrando su nivel y moviéndose en unas cifras de tantos muy meritorias. Pero en 1962, le llega otra gran oportunidad, cursar estudios de aprendiz de diplomático en Roma, por lo que definitivamente, y en una edad y estado de forma apto para jugar, cuelga las botas y decide proseguir con su formación, para lo que había salido de Camerún y desplazado a Europa. En su época en Lyon, fue celebre una publicación suya en la revista Football Magazine, en la que crítica la falta de organización de los futbolistas para defender sus derechos. Y de ese germen, y junto a Just Fontaine naceria la Union Nationale des Footballeurs Professionnels (UNFP), Unión Nacional de Futbolistas Profesionales, el primer sindicato de futbolistas en Francia y en el que N´Jo Lea ocuparía la Secretaría General del mismo.

Su función de diplomático le llevó a nuevas aspiraciones, siempre comprometido para mejorar la situación de sus compañeros y compatriotas. Estuvo adscrito en varias Embajadas Camerunesas en Europa, entre ellas las de Francia y España y luego en la Secretaría General de la Unión Áfricana. Imposible desligarse del fútbol, trata de relanzar el profesionalismo de ese deporte en África, y presenta diversos proyectos con ese fin. Pero, curiosamente, solo encuentra apoyo en suelo francés. Todos sus intentos en África acaban en decepción. Llega a manifestar que "Todos los líderes africanos tienen sus prioridades en otras partes. Son incapaces de tomar decisiones, y más, para ejecutarlos. (...) la OUA es un cementerio de resoluciones". E incluso, aseguró que en ocasiones sintió que alguna vez había tenido la sensación que hubieran hecho cualquier cosa por eliminarle. El caso es que todos los países en los que intentó mostrar la conveniencia de potenciar el fútbol profesional se encontró con una negativa. Incluso en el propio Camerún. Sus críticas y diferencias con las diversas Federaciones de Fútbol fueron notorias. Parte de los platos rotos, los pagó su hijo, Willian N´Jo Lea, que jugó en la década de los 80 con el Brest, el PSG, el Caen y el Lens. Pese a ser un jugador destacado, la Federación camerunesa nunca le brindó la posibilidad de ser internacional.

En 2005, unas dolencias en el fémur le acaban provocando una parálisis completa, y la asociación de futbolistas franceses, decide financiar su estancia en el hospital. Pero las dolencias le apartan definitivamente y marcha a Camerún para fallecer junto a su familia en 2006. Mientras en su país natal, su muerte pasa desapercibida y sin ningún reconocimiento público, en Francia, los estadios, especialmente en Saint-Etienne en un duelo contra el Marsella le brindan un respetuoso minuto de silencio. A un hombre que contribuyó a mejorar las condiciones del fútbol.

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