Jean Djorkaeff (1966) y Youri Djorkaeff (1998 y 2002) con Francia
El primer caso que vemos en que uno de los jugadores con familia futbolística alcanza el título de campeón del mundo. Mientras Jean Djorkaeff fue un defensa sobrio que defendió con éxito las camisetas de Lyon, Marsella o PSG y que participó con la Selección Francesa en el Mundial de 1966, aunque en ese Mundial el equipo desentonó y se fue a la calle en primera ronda. Su hijo Youri, conseguiría, por contra levantar el título del campeón del mundo. Tras una prolongada carrera, que le hizo crecer en Francia, y pasar por Italia, Alemania, Inglaterra hasta colgar las botas en EEUU, Djorkaeff pasará a la historia como uno de los integrantes de esa magnifica Francia que consiguió alzarse con los campeonatos del Mundo y de Europa en 1998 y 2000.
Manuel Sanchís (padre, 1966) y Manuel Sanchís (hijo, 1990) con España
La saga de los Sanchís es curiosa. Ambos centrales del Real Madrid, con un fuerte parecido físico y con un brillante palmarés a sus espaldas. El padre, nacido en Valencia, pasó por la cantera del Barcelona y por el Valladolid, hasta hacerse un hueco en el Real Madrid ye-yé, con el que ganaría una Copa de Europa y 4 Ligas. Formaría parte de la Selección Española que acudió al Mundial de 66, pero que tras perder con la RFA y Argentina volvería a casa en primera ronda. La única victoria sería ante Suiza, y Sanchís haría su único tanto como internacional absoluto. Su hijo, Manolo, es uno de esos "one-club-man" desde 1983 hasta 2001 militó en el Real Madrid. Miembro de la Quinta del Buitre, sería el que más aguantó de esa hornada, retirándose en 2001 con un palmarés 8 Ligas, 2 Champions, 2 Copas de la UEFA, 1 Intercontinental... Con la Selección, no siempre contó con el apreció de los seleccionadores. Pero sí tomó parte en el Mundial de Italia 90, siguiendo los pasos de su padre.
Miguel Reina (1966) y Pepe Reina (2006 y 2010) con España
Otro integrante de la Selección Española en el Mundial de Inglaterra fue el portero Miguel Reina. Aunque a la sombra de Iribar, Miguel Reina, ex portero de Barcelona y Atlético de Madrid, tuvo que mantenerse a la sombra del guardameta vasco y no pudo disputar ningún encuentro. Fue su única presencia mundialista. Su hijo, también se ubicó en la portería, y tras escalar en el cantera del Barça, y probar suerte en el Villarreal, se convirtió en el guardameta del Liverpool, hasta este año, en el que fichó por el Napoli. Sus actuaciones en la Premier le han convertido en uno de los tres porteros habituales de la Selección los últimos años, y eso ya le ha valido para haber estado presente en dos mundiales, el último con la victoria en Sudafrica.
Pablo Forlán (1966 y 1974) y Diego Forlán (2002 y 2010) con Uruguay
¿Ven al de la foto? A mi me recordaba al malo de twin peaks. Resulta que es Pablo Forlán, un defensa con un demoledor currículum y padre del ex atlético Diego. Desde luego, tenía un aspecto que imponía. Mi novía ha dicho de él esta semana, "Es como el hijo pero sin humanidad". Pablo defendió las camisetas de Peñarol, Sao Paulo, Cruzeiro, Nacional o Defensor, equipos de su país o de Brasil y con ellos levantó varios títulos, campeonatos locales a la Libertadores o la Intercontinental. Con la Selección Uruguaya se convirtió en un rostro habitual. Participó con ella en los Mundiales de 1966 y 74. Su hijo Diego, mostró mejores condiciones jugando de delantero. Se inició en Independiente en Argentina y dio el salto al Manchester United sin éxito, pero recaló en el Villarreal y explotó consiguiendo ser máximo goleador de la Liga española. De ahí dio pasó al Atlético donde mejoró sus registros. Después dio el paso al Inter y luego a la liga brasileña donde apura sus últimos años. Con la Selección, participó en el Mundial de 2002 y en el 2010, donde fue proclamado Mejor Jugador del Mundial, alcanzó las semifinales con su país y fue el máximo goleador del torneo. Para completar la historia de los Forlán, habría que detenerse también en el abuelo de Diego y padre de Pablo, Juan Carlos Corazzo, también fue futbolista, y aunque no logró ser internacional como jugador sí que fue el Seleccionador de Uruguay en el Mundial de 1962.
Nicolae Lupescu (1970) y Ioan Lupescu (1990 y 1994) con Rumania
El primer caso de padre e hijo mundialista de Europa del Este, nos lo brinda el caso de los Lupescu. El padre, fue un defensa que militó durante 10 campañas en el Rapid de Bucarest, antes de dar el salto sus últimos cinco años en activo a la Liga austriaca. Con la Selección tomaría parte en el Mundial del 70, en el que Rumania fue apeada en la fase de grupos por Inglaterra y Brasil. Su hijo, Ioan, fue un centrocampista reputado. Comenzó su carrera en el Dinamo Bucarest en el que militó durante cuatro etapas como jugador. También probó suerte en la Bundesliga, en Turquía e incluso en la Liga Árabe. Con 74 internacionalidades participó con su país en los Mundiales de 1990 y 1994.
Jan Verheyen (1970) y Gert Verheyen (1998 y 2002) con Bélgica
El único caso de representantes de Bélgica corresponde a os Verheyen. El padre fue un defensa, que militó en Beerschot, Anderlecht y la Union Saint-Gilloise. Sus actuaciones le valieron para llegar a ser convocado por Bélgica para el Mundial de 1970. Su hijo, Gert, también se dedicó al fútbol. Militó en el Anderlecht y en el Brujas durante 18 temporadas de profesional y logró ser citado en las últimas participaciones de Bélgica en la fase final de un mundial en 1998 y 2002.
Julio Montero (1970 y 1974) y Paolo Montero (2002) con Uruguay
Uno de los casos bonitos. Pablo Forlán y Julio Montero coincidieron en el Mundial de 1974 representando a Uruguay. En 2002, eran sus hijos los que coincidían también en un Mundial representando a la Celeste. Julio Montero Castillo, fue un centrocampista defensivo, que destacó en las filas de Nacional con el que conseguiría levantar la Libertadores y 5 títulos uruguayos. Pasaría por la liga argentina y española antes de colgar las botas en su club más exitoso. Su hijo Paolo, defensa central, fue uno de los defensores mejor considerados de finales de los 90 y principios del siglo XXI. De Peñarol pasó al calcio para defender la camiseta del Atalanta, y de ahí llamó la atención de la Juventus en la que militó durante 9 campañas consiguiendo 5 scudettos. Después regresaría a Sudamerica, primero a San Lorenzo y luego a Peñarol. Con Uruguay disputó el Mundial de 2002.
Más información:
Padres e Hijos en los Mundiales (I)
El primer caso de padre e hijo mundialista de Europa del Este, nos lo brinda el caso de los Lupescu. El padre, fue un defensa que militó durante 10 campañas en el Rapid de Bucarest, antes de dar el salto sus últimos cinco años en activo a la Liga austriaca. Con la Selección tomaría parte en el Mundial del 70, en el que Rumania fue apeada en la fase de grupos por Inglaterra y Brasil. Su hijo, Ioan, fue un centrocampista reputado. Comenzó su carrera en el Dinamo Bucarest en el que militó durante cuatro etapas como jugador. También probó suerte en la Bundesliga, en Turquía e incluso en la Liga Árabe. Con 74 internacionalidades participó con su país en los Mundiales de 1990 y 1994.
Jan Verheyen (1970) y Gert Verheyen (1998 y 2002) con Bélgica
El único caso de representantes de Bélgica corresponde a os Verheyen. El padre fue un defensa, que militó en Beerschot, Anderlecht y la Union Saint-Gilloise. Sus actuaciones le valieron para llegar a ser convocado por Bélgica para el Mundial de 1970. Su hijo, Gert, también se dedicó al fútbol. Militó en el Anderlecht y en el Brujas durante 18 temporadas de profesional y logró ser citado en las últimas participaciones de Bélgica en la fase final de un mundial en 1998 y 2002.
Julio Montero (1970 y 1974) y Paolo Montero (2002) con Uruguay
Uno de los casos bonitos. Pablo Forlán y Julio Montero coincidieron en el Mundial de 1974 representando a Uruguay. En 2002, eran sus hijos los que coincidían también en un Mundial representando a la Celeste. Julio Montero Castillo, fue un centrocampista defensivo, que destacó en las filas de Nacional con el que conseguiría levantar la Libertadores y 5 títulos uruguayos. Pasaría por la liga argentina y española antes de colgar las botas en su club más exitoso. Su hijo Paolo, defensa central, fue uno de los defensores mejor considerados de finales de los 90 y principios del siglo XXI. De Peñarol pasó al calcio para defender la camiseta del Atalanta, y de ahí llamó la atención de la Juventus en la que militó durante 9 campañas consiguiendo 5 scudettos. Después regresaría a Sudamerica, primero a San Lorenzo y luego a Peñarol. Con Uruguay disputó el Mundial de 2002.
Más información:
Padres e Hijos en los Mundiales (I)
4 comentarios:
Muy buenos post. Desconocía por completo el de Lupescu padre
Miguel Reina acudió al Mundial 66 como tercer portero habiendo disputado la temporada anterior con el Córdoba, por lo que es el único mundialista de la historia del equipo blanquiverde.
algunos jugadores tienen buenas historias.
Mira de que cosas se entera uno. Pues sí, un caso bien bonito el de los Forlán y los Montero. De seguro que guardan gran amistad las familias.
Que bien empezar la 2ª parte que con uno de mis siempre idolatrados, Cobra Djorkaeff.
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