viernes, 6 de abril de 2012

Angel Cappa, el filósofo comprometido


Lo hemos dicho muchas veces. No abundan los futbolistas inteligentes. Cada vez menos. Les pones un micrófono delante y repiten las mismas tonterías habituales. Nada destacable en ruedas de prensa insulsas y otros que simplemente aplican la doctrina "lo que diga el mister". Con eso basta. No hay futbolistas como Paul Breitner que se definía como maoísta en plena Guerra Fría y mostraba intereses políticos y literarios. Hoy es extraño ver a futbolistas licenciados universitarios y pocos son capaces de publicar algo o mostrar una linea de pensamiento (El último caso, Oleguer, linchado por sus pensamientos independentistas). Uno de esas rara avis que rompe la regla es el argentino Ángel Cappa. 

En España le conocemos más por su faceta en entrenador. Sobretodo, cuando era el número 2 de Valdano en su etapa en Tenerife y Real Madrid y luego, su experiencia al frente de Las Palmas, que curiosamente finalizó tras una derrota ante su ex compañero cuando este dirigía al Valencia. Anteriormente fue asistente también de Cesar Luis Menotti. Actualmente colabora en Onda Cero y atesora un curriculum que le ha llevado a entrenar en Argentina, España, México, Perú o la lejana Sudáfrica. Una gran oratoria, un gusto por un fútbol ofensivo y un ideólogo de la táctica con plena confianza en la cantera le brindan una buena carta de presentación. En Argentina, capaz de relanzar a modestos como Banfield o Huracan, hacer un juego brillante con Racing de Avellaneda, aunque tropiezos en River Plate (aunque luego, sus sucesores lo empeorarían hasta dar de bruces en Segunda) o Gimnasia.

Su época de jugador se limitó al Olimpo, de su ciudad natal Bahía Blanca. Jugaba de medio centro y permaneció vinculado al equipo desde 1965 hasta 1978. Sin internacionalidades ni aportaciones excesivamente destacadas, jugando en la Primera argentina, pero sin más. Cappa, por contra, comenzaba a forjar sus ideas progresistas y era militante de varios grupos izquierdistas, perseguidos por la dictadura militar que se había instaurado en 1976. En una ocasión, con el coche cargado de panfletos fue abordado por un control en su ciudad. Los militares le reconocieron como el futbolista que había colgado las botas unos pocos meses antes y no le incomodaron dejándole continuar su marcha. Seguramente si no hubiera sido un personaje conocido y hubieran decidido profundizar en sus pertenencias, Ángel Cappa hubiera acabado en algún centro de detención.

Es por ello, que Cappa dejó su país y se exilió en España. Cursó Filosofía y Psicopedagogía antes de iniciar su labor como entrenador. Primero como asistente de Menotti, tanto en la Selección Argentina como en el Barcelona, el Boca Juniors o el Peñarol Después en solitario. Luego de nuevo a la sombra de Jorge Valdano en Tenerife y el Real Madrid, para después volver a convertirse en entrenador principal con el variado cumulo de experiencias antes reseñado.

Pero Ángel Cappa no abandonó sus ideales. Fue muy notorio cuando en un encuentro entre Argentina y Holanda que se disputaba en Suiza en 1979, participó con un grupo contrario a la dictadura en la colocación de un gran cartel que decía "Videla asesino" y que obtuvo gran repercusión por televisión. Después, siguió mostrando sus ideas progresistas en cuanto tenía ocasión. También participó como técnico del Huracán a la visita de la Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada (ESMA), el más grande y activo centro de detención de la dictadura argentina, donde se estima que se detuvo, torturó y ejecutó a más de 5000 personas, muchas de ellas desaparecidos. Tras clausurarse con el retorno de la democracia, se ha convertido en un museo para recordar la represión y el terrorismo de Estado. Cappa, a la cabeza de la visita apeló a la memoria y al homenaje a las personas que fallecieron por ambicionar una Argentina más justa y democrática.

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