lunes, 18 de mayo de 2020

El discreto Ciudadano Albert Luque

Albert Luque fue un gran futbolista. Aunque siempre queda el regustillo que quizá un pequeño empujón más y hubiera todavía alcanzado cotas más altas. Barcelonés y canterano del Barça, lo fichó el Mallorca para sus categorías inferiores, donde incluso jugó en 2ª en aquel año del Mallorca B en la categoría de plata. Fue cedido un año al Málaga ante la falta de hueco, para luego regresar y hacer un gran año con el Mallorca que le valió para llegar a la Selección y jugar el Mundial de 2002 y fichar por el entonces SuperDepor. En Coruña, abandonó su puesto de delantero para acabar escorado en la banda izquierda, y aunque sus cifras goleadoras se resintieron mantuvo buenos números y también sería seleccionado para Eurocopa 2004. Después, comenzó una serie de saltos que le llevaron con menor fortuna al Newcastle, al Ajax, para acabar regresando al Málaga en 2009 y colgar las botas discretamente en enero de 2011, cuando apenas contaba para Manuel Pellegrini. Uno ve sus números y atesora buenas cifras. Además jugó Champions con Mallorca y Depor, pero no estuvo en los grandes títulos de esos conjuntos. Tampoco ganó nada con el Ajax, que además se despidió de Europa por la vía rápida. De la Selección Española desapareció en 2005, y causó baja en el Málaga justo cuando el equipo comenzaba a coger forma previa a los buenos años que tuvo tanto en Liga como en Champions.

Esa retirada en pleno enero, sin en ese momento saber que ya no volvería a jugar, simboliza un poco esa carrera discreta. Buen futbolista, indudablemente, pero no tan carismático como otros. Con buenos números pero siempre dispuesto a dejar el espacio de primer espada a otro y el hacer un trabajo más silencioso, menos llamativo. Ausente del título liguero o del Centenariazo con el Depor además su salida resultó agridulce por impagos y reclamaciones con Lendoiro. Presente en Semifinales de Champions, los mayores titulares siempre quedaban enfocados a otros jugadores. Autor de los goles que metieron al Mallorca en Champions o lo dejaron en Primera en 2002, quedó ensombrecido por Etoo. Sus aventuras en el extranjero resultaron poco exitosas, y encima ese perfil más silencioso hizo que no se mantuviese activo en el recuerdo de la prensa. Y en el Málaga, donde también jugó buenas campañas fueron previas a los buenos años del equipo andaluz y los dispendios del Jeque. 

Desde entonces, Albert Luque mantiene una línea sin excesivos revuelos. Pese a participar en alguna ocasión en medios de comunicación, incluso como tertuliano en el Chiringuito, ha logrado esquivar polémicas. No entró en convocatorias de la Selección Catalana desde 2006, y nadie indagó a si obedecía algún motivo, si era voluntario o ajeno. En 2007 se casó con una modelo mallorquina, Marta Luna, y aún sin ser una pareja especialmente pródiga en el mundo del corazón tuvo su hueco en Hola y en otras publicaciones. Tampoco ha figurado en ningunas lista electoral ha participado en varios actos de Ciudadanos, en la lanzadera del partido en Coruña, donde también tomó parte el ex alcalde socialista de la ciudad Francisco Vázquez. También fue notoria su presencia en plena Eurocopa 2016, cuando el Ayuntamiento de Barcelona no permitió la colocación de pantallas gigantes en la calle para ver el partido de la Selección. Ciudadanos, pese a la negativa aprovechó un acto de partido, para instalar la pantalla, y la plana mayor del partido (Albert Rivera, Inés Arrimadas, Juan Carlos Girauta), con camiseta incluida, vieron la victoria ante Turquía. Entre ellos también estaba Albert Luque. Con más conocimientos de fútbol, menos saltarín que los políticos y como siempre con ese perfil de segundo plano. Sin alardes y sin el uniforme de la roja.

Aunque ha tenido esos pequeños guiños con Ciudadanos, no ha terminado de dar el salto a la arena política. Tampoco tiene Twitter donde, aunque da notoriedad, siempre se acaba metiendo la pata y abriendo espacios para recibir munición ajena. Donde sí que encontró acomodo fue en la Federación de Fútbol en el Gabinete de Presidencia. Otro cargo menos llamativo detrás del de Rubiales, un puesto más silencioso donde seguramente Luque se vea más cómodo y haga mejor trabajo.

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