Polonia es uno de los organizadores de la Eurocopa 2012. Una Selección con no muchos nombres conocidos. El portero del Arsenal Szczesny o el punta del Dortmund Lewandoski serían sus rostros más reconocibles. Sin ser una perita en dulce, pasa apuros en las fases de clasificación. Se perdió el Mundial de Sudáfrica, aunque si estuvo presente en las citas de Corea y Alemania, así como en la Eurocopa de Portugal. Pero hace 30 y 40 años, los polacos fueron una Selección poderosa.
Algo se preveía cuando en los Juegos Olímpicos de Munich se alzaron con la medalla de Oro. Y tuvo que ser en ese país vecino, en Alemania 74, con el curioso formato de dos rondas grupales, en el que los vencedores del segundo grupo disputarían la final, donde los polacos sorprendieron. En la primera fase se impusieron a Argentina, Italia y Haití y avanzaron como primeros. En la segunda, tras vencer a Suecia y Yugoslavia, se lo jugaron a todo o nada ante la anfitriona y poderosa República Federal Alemana. Perdieron 1-0 lo que les apartó de la gran final. Aún así, en la pugna por la tercera plaza se dieron el gusto de derrotar a Brasil y finalizar terceros. Una Selección que quedó oscurecida por el juego de la Holanda de Cruyff y la pujanza alemana en su mundial pero que brindó grandes ratos de fútbol.
De nuevo, el país sorprendió en el Mundial de España. Un conjunto mucho más firme y que practicó un juego bonito y eficaz. De nuevo un formato extraño. Se subió el número de participantes, pero se hicieron una fase con grupos de cuatro equipos, luego otra con cuatro grupos de tres cuyos líderes pasarían a semifinales. El caso es que en el 82 y sobre suelo español Polonia se fue imponiendo. Aventajó a Italia dejando en la cuneta a Camerún y Perú. Posteriormente se deshizo de Bélgica y de la Unión Soviética por mejor golaverage para plantarse en semifinales, donde fue derrotada por la posterior campeona Italia. De nuevo, algunos nombres destacados. Fueron las últimas grandes hazañas de la Selección Polaca.
El éxito fue tal que Agnelli, propietario de la Juventus quedó enamorado de uno de sus puntales, Zbigniew Boniek y echó el resto por contratarle. Desembolsó más de 1 millón de euros, y algunos rumores apuntan que tuvo que conceder algunas patentes de la fabrica de automóviles FIAT, de la que era propietario, al Estado polaco. Pese a que era norma en los países bajo órbita soviética prohibir el traspaso de sus jugadores al otro lado del Telón de acero hasta que cumplieran los 30 años, Boniek pudo saborear esa experiencia con 26. Y no le fue nada mal. En la Juve compartió ataque con Platini, en un equipo que encandiló con su juego y levantaría la Recopa del 84 y la Copa de Europa del 85. Con la Selección, autentico ídolo, disputaría más de 80 partidos internacionales participando en tres mundiales. Posteriormente, pasaría a desempeñar funciones en la Federación Polaca, siendo incluso el Seleccionador por un breve periodo de tiempo en 2002. Sin duda el más destacado de una Selección que sorprendió y que pretende recuperar esa época de bonanza en su Eurocopa.
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